El relevo en la empresa familiar
Aragón cuenta con 28.000 compañías familiares que representan el 88% del tejido empresarial de la Comunidad y generan el 70% de los puestos de trabajo en el sector privado (165.000 empleos). En España, según Abante Asesores, hay más de 1,1 millones de empresas de estas características, lo que supone el 89% del total y corrobora el papel protagonista que ejercen en la actividad económica. Las cifras del sector indican, de acuerdo con la firma asesora de inversiones, que el 70% de estas empresas desaparecen cuando pasan de la primera a la segunda generación, por problemas relacionados con el tema de la sucesión, y solo una de cada diez llega a la tercera generación.
En ese último 10% está Saica, el grupo papelero zaragozano que el pasado sábado cumplió 80 años. Decía a este periódico el presidente de la compañía, Ramón Alejandro Balet, que él es el mayor de los miembros de la tercera generación que están participando en la gestión del grupo y que de la cuarta ya se han sumado también al equipo gestor dos descendientes más de las siete personas que fundaron la empresa en 1948 (todos ellos de las familias Balet, Aragüés y Rived).
Planificar la sucesión en la dirección es clave para ayudar a garantizar la continuidad de cualquier compañía. Así se puso de manifiesto en una jornada recientemente celebrada en la Torre DKV de Zaragoza con el título ‘Relevo generacional y guerra del talento’. En ella se abordó con especial intensidad la idoneidad o no de adelantar o de posponer la jubilación del talento considerado ‘senior’, cuestión de gran actualidad en un mercado laboral que está expulsando de modo prematuro a personas que aún tienen mucho que ofrecer y que no termina de integrar con naturalidad y agilidad a los jóvenes que aspiran a hacerse con su primer empleo.
En el caso de Saica, como ocurre en el de muchas empresas familiares, contar con un protocolo estipulado favorece el relevo ordenado. En él prima claramente la profesionalización, tal y como señaló a este diario días atrás Jorge Blanchard, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar en Aragón (AEFA) y director general de Cefa, compañía de la industria auxiliar del automóvil. «La gestión del relevo generacional pasa necesariamente por la profesionalización, tanto de los propios miembros de la familia que aspiran a asumir los puestos directivos, como de rodearse de excelentes profesionales», indicó. «La dirección debe estar siempre en las mejores manos, independientemente de su pertenencia a la familia empresaria», remató.
Esa planificación y la no siempre fácil combinación de directivos que representan a la propiedad con aquellos de fuera es fundamental para el desarrollo de las compañías de carácter familiar. Lo saben bien en Saica, que dio un salto cualitativo durante la gestión de la segunda generación y consolidó su crecimiento con la tercera.
El grupo que lidera Ramón Alejandro es hoy una multinacional con unidades de negocio en once países distintos (España, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Turquía, Luxemburgo, Países Bajos, Estados Unidos y Polonia) y emplea a más de 10.000 personas. Su facturación en 2022, aún por cerrar, superará los 4.000 millones de euros, según estimó el presidente de la compañía.
Entre las ventajas de contar con muchas empresas familiares, como es el caso de Aragón, está el hecho de contar con más garantías de continuidad que aquellas que no lo son. El riesgo de deslocalización es mínimo debido al arraigo de estos generadores de riqueza y empleo en el territorio.
«Mantenernos como una empresa familiar nos ha permitido protagonizar un crecimiento sostenido y desarrollar estrategias de largo plazo que, estamos seguros, continuarán deparándonos momentos de celebración», apuntaba Ramón Alejandro tras reconocer el trabajo de todos los empleados de la compañía y del apoyo de los grupos de interés para cumplir 80 años en una situación sólida y con ambiciosos planes de futuro que incluyen inversiones millonarias.
