Por
  • Carmen Puyó

Maromos de la noche

El productor Javier Pérez Santana fue detenido por presunta agresión sexual en la fiesta de los Premios Feroz.
El productor Javier Pérez Santana fue detenido por presunta agresión sexual en la fiesta de los Premios Feroz.
Efe

Cualquier mujer española en su etapa de esplendor y a la que en esos años hermosos le gustase salir con las amigas por la noche, sabe lo que es que alguien le meta mano aprovechando que el ambiente invita a ello.

 Todas saben lo que es entrar en una discoteca y encontrarse a los maromos de la noche, los que inspeccionan con ojos de carnero a las chicas que se mueven en la pista y a las que inspeccionan como si fueran ganado.

Alguien dirá que exagero, pero las cosas han sido siempre así, quizás, ahora menos, cuando hay hombres con otra sensibilidad -los maltratadores, violadores, agresores de toda clase y asesinos no entran en esa calificación-, pero haberlos aún los hay. Cuando terminé la carrera en Madrid, gané una beca para trabajar en TVE. Lo primero que me dijeron muchas de las personas a las que se lo dije fue que tuviera cuidado, que tendría que agradar a algún poderoso. Asimismo, durante el rodaje de una película al que asistí porque también estudiaba Cinematografía, un director de fotografía me preguntó si el productor era mi ‘tito’. Ingenua de mí, que ya tenía más de veinte años, le contesté que no, que no éramos familia.

Los abusos, el querer hacer del magreo un juego, el meterle mano a alguien porque aprovecha que lleva un colocón que saca lo peor de algunos y eso lo ‘justifica’, el saberse poderoso, cada uno a su nivel, de Weinstein a Pérez Santana, de Dani Alves a cualquier famoso o no famoso, y violentar de la manera que sea a una mujer, eso ha existido siempre. Lo importante es que ahora se empieza a denunciar y castigar.

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