Quitar el autobús

Parada del autobús en Argavieso.
Quitar el autobús
Laura Uranga

Cuando se habla de la despoblación no basta con estudios estratégicos, muy bonitos en el papel pero que no se concretan. Por el contrario, hay decisiones que son un auténtico mazazo para el mantenimiento de la población en el medio rural. El ministerio de Transportes anuncia la supresión de paradas del bus de concesión estatal en 111 municipios aragoneses. 

151.651 ciudadanos se verán obligados a hacer transbordos para utilizar rutas de largo recorrido que atraviesan sus pueblos.

La competitividad de la explotación no puede suponer la supresión drástica de paradas. Si se trata de rendimiento económico sin más, los territorios con menos posibilidades quedarían abandonados. Con la eliminación de paradas, comarcas de los Pirineos o Ribagorza, pueden ver como sus recorridos para ir a los centros de servicios pasan de 20 minutos a varias horas.

Frustrante es ver el mapa de Aragón con las pocas localidades que conservarán paradas. Caso asombroso, el de la línea Teruel-Barcelona, muy usada por personas que viven a caballo entre Barcelona y sus localidades de origen. Diecinueve pueblos perderán su parada y no podrán coger el autobús que pasa por delante de su puerta. Solo parará en Alcorisa, Alcañiz y Caspe, dejando fuera a poblaciones de más de cuatro mil habitantes, como Calanda.

Las Cortes de Aragón aprobaron por unanimidad una iniciativa del PP y Cs reclamando una rectificación a las nuevas concesiones del bus. El pasado día 16 el PP expresó su rechazo frontal al recorte y responsabilizó al Gobierno de Lambán de no ponerse de acuerdo con el de Sánchez. El departamento aragonés de Vertebración del Territorio ha exigido más paradas y una compensación por el coste millonario de asumir líneas nacionales de ámbito autonómico. Es preciso negociar para que no se adopten medidas que perjudican mucho a la población del medio rural.

Hay administraciones locales que han ido aplicando en el día a día medidas de apoyo a los núcleos más necesitados. Por ejemplo, la Comarca del Jiloca, que decidió mantener el único autobús que da servicio a 40 núcleos y hace posible que se puedan desplazar a las dos cabeceras comarcales, Calamocha y Monreal del Campo. Como decía el presidente de la Comarca, "no podemos dejar sin autobús a la gente; eso sería matar a los pueblos"

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