Redactor de HERALDO DE ARAGÓN en la sección de Deportes

Música y audacia

La Orquesta de Cámara Grupo Enigma ofeció un concierto en el Auditorio de Zaragoza.
Música y audacia
Grupo Enigma

Si fuera un futbolista ya le habrían puesto una altísima cláusula de rescisión para que no viniera un jeque árabe, de pronto, a arrebatárnoslo. En realidad, por sus movimientos espasmódicos mientras dirige, parece más un portero de balonmano, pero no, no es un mago del balón, ni del grande ni del pequeño. 

Asier Puga, director de la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza, tiene uno de esos talentos que uno siente la urgencia de disfrutar porque –he aquí el ‘cenicismo’ propio de los aragoneses– su virtuosismo fijo que pronto le hará volar lejos.

El grupo Enigma estrenó el pasado lunes temporada con una propuesta que siempre asume riesgos y que puede parecer incómoda e, incluso, indigesta, porque el que prefiera reconocer antes que conocer nueva música –ya se sabe– siempre tiene la opción de dar palmas con los valses de Strauss en Año Nuevo.

Este 2023 la orquesta zaragozana vuelve a reivindicar la obra de quienes sufrieron los totalitarismos del siglo XX y cierra una suerte de sugerente trilogía que ha ido desde "lo que no se ve" a "lo salvaje" y, como broche, a la "posibilidad de una isla". Explican que este título "se refiere al célebre texto de Deleuze" y, claro, uno que no es muy ducho en filósofos franceses recurre a la Wikipedia y a los ‘podcast’ para saber más acerca del tal Deleuze. Escucho un programa de dos horas de Ernesto Castro, que –curiosamente– es el autor de un libro sobre el ‘trap’ y ‘filosofía millennial’, pero ahora me ilustra en mi afán de ahondar en la música de cámara. Gracias, señor Puga, por revolverme y gracias a todos los músicos de Enigma por abrazar la audacia.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión