Por
  • M.ª Pilar Benítez Marco

Mérito y modestia

Eloy Fernández Clemente, en la Facultad de Economía y Empresa, donde impartió clases desde mediados de los años 70.
Mérito y modestia
Guillermo Mestre

Mérito y modestia" son las palabras con las que Eloy Fernández Clemente comenzó el prólogo del libro ‘Precursores en la enseñanza superior de la lengua aragonesa’ de Óscar Latas. 

Se refería con ellas a los filólogos que dedican su vida a duros trabajos de campo, en general, y a Jean-Joseph Saroïhandy, en particular. Ahora, cuando Eloy Fernández, catedrático de Historia económica de la Universidad de Zaragoza y director de ‘Andalán’ y de la ‘Gran Enciclopedia Aragonesa’, nos ha dejado el pasado 17 de diciembre, como también lo ha hecho, el día 10 del mismo mes, Manuel Gómez de Valenzuela, diplomático que fue embajador en diferentes países árabes, ambos sustantivos, "mérito" y "modestia", adquieren un valor simbólico y definen a estos dos hombres que destacaron, además, por sus investigaciones sobre Aragón.

Para los que tanto hemos aprendido y disfrutado con sus publicaciones y conferencias, y los hemos conocido, su adiós nos deja un espacio de silencio y pesar. Solo la relectura de sus trabajos y el recuerdo de sus conversaciones en Casa Lucas de Panticosa, en el caso de Manuel, o en la de Eloy junto al Huerva en Zaragoza pueden llenarlo de voz y tiempo perdurables.

Cada uno con su estilo personal, sintieron y construyeron Aragón, y nos enseñaron a continuar haciéndolo, porque, como decía Manuel, al finalizar la presentación de su obra ‘La vida en el valle de Tena en el siglo XVI’, citando a José Antonio Labordeta, "entre todos, hay que levantar, hay que levantar, hay que levantar".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión