Hacer el sol en casa

Hacer el sol en casa
Hacer el sol en casa
Pixabay

Dos cosas muy chulas dan esperanza y alegría: el chat de inteligencia artificial GPT-3, del que ya hablamos la semana pasada (y que ahora está colapsado de tanta gente como conversa con él), y el éxito en las pruebas para conseguir energía mediante fusión nuclear que anunció ayer EE. UU. 

En Francia se construye un artilugio enorme para alcanzar esto mismo –ITER–, pero el experimento norteamericano ha logrado ya, en una prueba piloto, obtener más energía de la que gasta el cacharro. Esto es ciencia y es esperanza, igual que lo que hacen Carlos López Otín y tantos otros.

Por cierto el artículo de ayer de Carlos Coscollar, médico de familia, en este diario, era magnífico y explicaba con claridad y elocuencia, y con las cifras justas, por qué no podemos permitir que siga el deterioro de la atención primaria.

Volviendo a los avances de estos días, el chat de OpenAi GPT-3 ha recibido muchas críticas, y con razón: es todavía básico, falla muchas y a veces, como cualquiera, se empana y se atasca. Pero es una maravilla, es un avance. Y se ha colapsado de éxito. El otro experimento ha conseguido fabricar el sol en casa, en un artilugio: dos núcleos de hidrógeno se unen y sale helio. Alabado sea Dios. Es lo que hacen las estrellas, nuestro sol. Si en el futuro se consigue habrá energía para dos o tres eternidades más. El pasado 5 de diciembre se alcanzó, a pequeña escala, el milagro de la fusión nuclear. Si logramos la energía limpia y barata y además tenemos el bot para chatear y que escriba artículos… solo faltará la atención primaria. A ver. 

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