Desazón
Desazón
POL

Esta semana no sé por dónde empezar. 

Hay días que se hace un mundo llenar la página en blanco. Unas veces es por ausencia de ideas, otras por lo contrario. Y esta ocasión es, precisamente, por exceso. Se acumulan los temas. La reforma del delito de sedición es uno. Otro el apaño que preparan con el de malversación mientras se cocinan los Presupuestos Generales. En esto, no hace falta ser un lince ni un jurista experto para intuir el horizonte preocupante y peligroso al que apunta.

Javier Lambán, el presidente de nuestro país, de Aragón, lo ha dicho bastante claro. Es de agradecer que alguien ponga sensatez en el asunto. El hilo de sus intervenciones públicas tiene madeja abundante. ¡Es para dar vueltas al aspador y no parar! Lambán está valiente y corre muchos riesgos. En Ferraz lo trocearán en cachitos en cuanto puedan. Aunque también es cierto que en el PSOE aragonés saben que si no se distancian de Madrid, el precio del pacto con catalanes y vascos tendrá efectos en su cuenta de resultados; sobre todo porque las elecciones de mayo están demasiado cerca. Y el cuento de que con estas cesiones se mejora la situación en Cataluña es una trola difícil de digerir. Como otras bolas que Sánchez y su ‘troupe’ vienen perpetrando desde que están en el gobierno de esta España nuestra. Tanta mendacidad contagia no sólo la vida política, transciende los límites de los intereses partidistas y permea la sociedad.

Las falsedades, las incoherencias y las meteduras de pata del Gobierno de Pedro
Sánchez producen desazón

Esa pertinaz tendencia a no tener principios va mucho más allá de la tensión weberiana con las responsabilidades. O mejor dicho si el único principio es mantenerse en el poder a cualquier precio, acabará haciéndonos pagar a todos el desastre. Y ahí a Lambán, como buen aragonés, le tiene que costar un dolor que la palabra de su secretario general valga menos que la de Pinocho. Algo que otros históricos de su partido han dicho de distintas maneras. Quizá la más contundente fue la del exministro José Luis Corcuera, afirmando que Sánchez es "el mayor mentiroso que ha conocido la historia de España".

Entiendo que para los socialistas con conciencia tiene que producir ardor de estómago. No es plato de agrado de nadie pactar con estas trágalas. Como lo de hacer negocios con Bildu y agacharse con los del PNV hasta el cinco. Aunque como me decían hace poco: "Gente hay ‘pa tó’, si no mira a la Pili cómo le ha cambiado la cara"… Tanto cuando repite el argumentario oficial cual loro incapaz de pensar por sí misma, como cuando le toca defender lo de la Ley Celaá. Es para ir a donde sabemos y no echar gota. Un desastre mayúsculo de consecuencias estructurales. Hasta los más devotos tendrán que reconocerlo cuando esa ignominia llegue a las aulas en su plenitud y supere toda perplejidad.

Especialmente por la contumacia en el error que demuestran desde algunos ministerios

Otro asunto en este baúl de temas, con consecuencias dolorosas, es la ‘Ley integral de libertad sexual’, la conocida popularmente como ‘sólo sí es sí’. ¡Incluso la BBC se ha hecho eco! La pifia y porfía de la ‘ninistra’ Irene Montero, arropada por su ilustre compaña, está provocando un boquete en el gobierno. No contentos con descalificar a jueces y juezas, a base de combinar soberbia e ignorancia han activado un daño de repercusiones de largo alcance. No menor que lo que Amelia Valcárcel pronostica respecto de la ‘Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI’. Bajo capa de una igualdad de papel y falsamente performativa tendrá secuelas muy problemáticas, como ya anticipan desde psiquiatras y pediatras hasta feministas militantes. Por no entrar en la ley del bienestar animal de la que advierte el CGPJ...

Nuestra democracia es un conquista irrenunciable. Si no protegemos la separación de poderes, si no cuidamos las leyes, si no mimamos el sistema constitucional, comprobaremos que no es irreversible. Cuando se dice que España tiene que ser un ‘Estado feminista’ el repelús es desazonador. No sólo por lo vacío e inadecuado del epíteto aplicado a la idea de Estado, si no por la falacia que incluye. Bastante será si conseguimos que de verdad esta España nuestra sea un Estado social y democrático de derecho. Por cierto, hay más temas, el mundial de Catar, la COP27, las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, lo de Putin… por apuntar algunos.

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