Un convenio para Andorra
Han tardado mucho tiempo en llegar, pero Andorra tiene por fin algunos detalles del prometido convenio de transición justa. Supondrá la inversión de 204 millones de euros en siete años para la generación de alternativas laborales a la minería del carbón y a la producción termoeléctrica, según ha anunciado la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que no ha concretado los proyectos elegidos. La comarca turolense tenía que haber contado con este convenio hace cuatro años, cuando se anunció el cierre de la central térmica, de la que ya no quedan en pie ni sus icónicas torres. Pero más vale tarde que nunca. Ahora hay que recuperar el tiempo perdido acelerando desde el Gobierno central la ejecución de los proyectos empresariales previstos y la construcción de las plantas de generación eléctrica solar o eólica.
Ribera ha explicado que las industrias que se han puesto en marcha y las que están aprobadas generarán 250 empleos, aunque ha anunciado que la aplicación integra del convenio supondrá como mínimo unos 750 puestos de trabajo. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el cierre del complejo carbonífero-termoeléctrico supuso la pérdida de 4.000 empleos, entre directos e indirectos, según las estimaciones de los sindicatos, y la desaparición de la principal fuente de empleo en la comarca.
El convenio de transición justa es uno de los pilares de la reactivación de la comarca para paliar la crisis laboral que supuso el cierre de la central en junio de 2020. Quedan pendientes otros proyectos como la finalización de la elevación del Ebro para garantizar suministro suficiente de agua para la industria y el sector agropecuario, la puesta en marcha de un servicio de asesoramiento a los ayuntamientos para que aprovechen los fondos del convenio y la creación de un instituto tecnológico de la minería.
