Por
  • Jorge Sanz Barajas

Los ángulos muertos

Los ángulos muertos
Los ángulos muertos
Pixabay

Al profe Perplejo le inquietan los ángulos muertos de los imprevistos, porque la urgencia acostumbra a poner el foco en lo evidente ignorando lo importante. 

Nos está pasando con el acoso escolar. No estamos actuando bien. Los últimos casos de acoso escolar se han resuelto en un plató televisivo viciado por informaciones sin filtro. A la puerta de un colegio, cualquier opinión se convierte en documento, una experiencia singular se erige en categoría, todo el mundo sabe bien quién y qué. Bajo tamaña presión, la escuela multiplicará los protocolos de acoso sin poder gestionarlos adecuadamente. Se llama educación defensiva: dícese de la práctica consistente en protegerse contra la judicialización de la educación en lugar de salir al patio a mediar y dialogar. 

Algo no funciona cuando un educador invierte más tiempo en documentar un conflicto que en resolverlo. Pero en el acoso también hay ángulos muertos, segundas víctimas, todas las personas que los medios prejuzgan como responsables y cuya salud, expuesta a la vejación, no preocupa a nadie. Como en los errores médicos, pronto habrá gabinetes jurídicos ofreciendo resolver en el juzgado lo que compete a la escuela. Perplejo propone a la prensa opacidad, como en los casos de suicidio adolescente. Paradoja: aquí, la publicidad de los casos de acoso resta transparencia. Cada caso de acoso necesita cuidado, escucha, acompañamiento y reparación. Solo quien conduce con calma y discreción puede prestar atención a los ángulos muertos.

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