El debate del estado de la ciudad
El debate en el Ayuntamiento de Zaragoza sobre el estado de la ciudad, que no pudo ayer desprenderse de la perspectiva electoral, tuvo como asunto más destacado el anuncio por parte del alcalde de la fórmula para construir el nuevo estadio de la Romareda.
Azcón defendió su gestión económica, social y urbanística, y se mostró dispuesto a colaborar con la DGA, pero recibió duras críticas de la oposición, entre otros argumentos, por la enquistada huelga de autobuses urbanos.
Era inevitable que el debate tuviera un claro aire electoral, sobre todo cuando el alcalde Azcón todavía no ha decidido si volverá a presentarse a las municipales o encabezará la lista autonómica de su partido. Esa indefinición sirvió de base a los reproches de la oposición, que criticó también los proyectos que se han quedado en el tintero durante la legislatura y la situación del transporte público con la huelga de autobuses. En su discurso, Azcón había destacado la estabilidad del gobierno municipal, gracias a la buena sintonía entre el PP y Ciudadanos, y, recogiendo el guante lanzado en las Cortes por Lambán, había desgranado los agravios de la DGA para con el Ayuntamiento, pero haciendo hincapié en la voluntad de mantener el diálogo entre las dos instituciones. Junto a otros proyectos -ampliación de Mercazaragoza, reforma del albergue, programa Volveremos, renovación de calles, cambios en la iluminación-, el anuncio estrella de Azcón estuvo en el marco para la construcción de la nueva Romareda. Aunque quedan por concretar muchos detalles, la idea es que la adjudicación de la explotación del estadio y de los usos comerciales asociados permita a Zaragoza contar con una infraestructura deportiva moderna sin que el Ayuntamiento tenga que aportar dinero. El alcalde se centró en cuestiones importantes de la gestión municipa y optó por mostrar un perfil más conciliador ante el conflicto larvado con la DGA.
