Por
  • Manuel de Miguel

Ley Trans y mujeres del PSOE

Las portavoces socialistas de Igualdad en el Congreso y en el Senado, Ángeles Álvarez y Laura Berja, este sábado, en un acto en Zaragoza.
Ley Trans y mujeres del PSOE
José Miguel Marco

La intensa polémica generada con la ley Trans se centra en la autodeterminación de género –cualquiera puede decidir si es hombre o mujer sin informes médicos, jurídicos ni apariencias ni testigos– y en su aplicación a menores de edad. 

Las críticas más contundentes y significativas contra el proyecto las han argumentado mujeres militantes del PSOE. La vicepresidenta del Gobierno entre 2018 y 2021, Carmen Calvo, avivó la confrontación interna: "El Estado tiene que dar una respuesta a las personas trans, pero el sexo no es ni voluntario ni opcional. Que el género se elija sin más pone en riesgo los criterios de identidad del resto y puede destrozar la potente legislación de igualdad de nuestro país".

Ángeles Álvarez, exportavoz de igualdad del PSOE, incidió en ‘El Mundo’ en el daño a jóvenes: "Iniciar muy pronto tratamientos con bloqueadores hormonales o las mutilaciones tempranas interpelaría al Estado, con una responsabilidad directa", y en el aspecto jurídico: "La ley del 2007 permite el ficcionado jurídico del sexo a personas cuya disforia de género ha sido certificada por el Estado a través de profesionales. La que se quiere aprobar ahora pretende que el sexo sea algo subjetivo y que pueda modificarlo cualquier persona, sea o no transexual".

Estos días se han señalado posibles consecuencias, completos disparates: Violadores convictos que cambian de género y así deben entrar en cárceles de mujeres, competiciones deportivas, pruebas físicas en oposiciones y llegaríamos a la jefatura del Estado en el país de un rey con dos hijas, autodeterminación de género y prevalencia del varón para ser el heredero.

Deberían reflexionar con sosiego, pero la polvareda se agitó precisamente por ampliar el plazo de enmiendas a una ley presentada sin razón aparente por método de urgencia. Amelia Valcárcel, también dirigente del PSOE, tiene claro el motivo: "Porque le favorece el desconocimiento. Cuanto más tiempo pase, más se verá lo que esta ley lleva dentro, que es gravísimo. Cuando alguien intenta hacer algo a escondidas, sin luz y taquígrafos, es por algo. Porque no resiste la luz".

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