Director de HERALDO DE ARAGÓN

El baile de los minoritarios

El baile minoritario
El baile minoritario
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A falta de unas pocas horas para despedir las fiestas del Pilar, la política aragonesa se prepara para transitar por los meses previos a las elecciones municipales y autonómicas sin desviar la mirada de los partidos minoritarios. 

Una de las muchas particularidades de la política regional reside en la intensa fragmentación del voto. El ‘Ohio español’, que repetidamente actúa como la muestra de aquello que termina por descubrirse en el Congreso de los Diputados, posee la doméstica y diferencial característica de elevar el protagonismo de los más modestos. Formaciones como el PAR, CHA o Teruel Existe contarán, a tenor de lo que expresan las encuestas, con un papel significado en los próximos comicios, siendo determinante en la conformación del voto la evolución que registren en estos meses.

El final de las fiestas del Pilar marca el pistoletazo de salida de las autonómicas y municipales

No es ningún secreto que el presidente Javier Lambán, apoyado en su trabajada transversalidad ideológica, mantiene como principal misión lograr el número de sumandos necesarios para repetir la fórmula del cuatripartito, al igual que Jorge Azcón, al frente del PP, tiene claro que deberá recomponer el idilio con el PAR si aspira a que su partido recupere la DGA. Tanto en el caso del Gobierno de Aragón como en el del Consistorio zaragozano se dan por descartadas las mayorías absolutas, por lo que todo pasará por los pactos y los acuerdos del día después. Crecerá el PP gracias a los votos que recupera de Ciudadanos, pero las encuestas muestran una evolución insuficiente y pendiente del que parece será un último esfuerzo del líder de los naranjas en Aragón, Daniel Pérez, por buscar un acuerdo con el PAR. Inmersos en su proceso de refundación, pero fragmentados en tantos pedazos como urgencias particulares, Ciudadanos se aferra a la teoría del reparto de las zonas urbana y rural con los aragonesistas de Arturo Aliaga como mejor complemento para revitalizar el centro liberal. El PAR, cuya fortaleza reside en su implantación territorial y en la seguridad de que siempre ha existido un voto de derechas que se resiste al PP, guarda silencio ante una propuesta que no suple la estabilidad que concede el cuatripartito.

A izquierda y derecha preocupa el voto fragmentado y el voto perdido, siendo el caso más revelador el del Ayuntamiento de Zaragoza. La encuesta de A+M publicada por HERALDO el pasado 12 de octubre deja claro que la división del voto en la izquierda (CHA, ZEC y Podemos) perjudica claramente al PSOE. Del mismo modo, el voto de Ciudadanos o del PAR, que presumiblemente no alcanzará el mínimo para colarse en el Consistorio, daña las opciones del PP. Por ello, la campaña de socialistas y populares se desplegará sobre la búsqueda del voto útil, sobre el deseo de convencer al electorado de las bondades del bipartidismo.

Aragón, repleto de particularidades, tantas como los nueve partidos con posibilidades de alcanzar la Aljafería, volverá a conceder peso a los minoritarios

No existen especiales dudas sobre la progresiva mejora en la intención de voto que están registrando los dos grandes partidos, pero en ambos casos aún no han logrado recuperar todo lo perdido. Mientras al PP ya han regresado los votantes que se fueron a Ciudadanos –aún está viva la pelea por reconquistar a los electores de Vox–, en el PSOE ese voto migrado sufre un retorno más lento porque todavía se siente cómodo en las diversas opciones intermedias.

El voto que recogen los minoritarios, definido por un doble componente ideológico y de edad, hace tiempo que quedó ajustado a su suelo electoral. Sin moverse de su correspondiente bloque, solo el PAR está en condiciones de jugar cada cuatro años a la incertidumbre de saber quién será su pareja de baile. Una duda que, esta vez, parece anticipadamente despejada. 

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