Friendly Death

El SAFD era un avatar sólido.
El SAFD era un avatar sólido que representaba al finado.
Pretty Sleepy Art

Una vez más, el fenómeno surgió imitando a las clases sociales privilegiadas, un tipo de comportamiento que en Occidente se exacerbó durante el siglo XX, dando lugar al consumo generalizado de bodas fastuosas, viajes en crucero, vehículos de alta gama, o escuelas con pretensiones. Incluso las propuestas supuestamente alternativas y antisistema reproducían el esnobismo pijo.

La costumbre en cuestión se generalizó durante la tercera década del siglo XXI, tras la muerte de una reina muy querida. Cuentan las crónicas que las autoridades, «advirtiendo la orfandad que sentía el pueblo», para que este pudiera rendirle el deseado tributo, dispusieron que el cadáver real recorriera las que habían sido sus principales posesiones.

El éxito de este conmovedor acontecimiento hizo que la aristocracia adoptara el hábito de la ‘tournée funeraria’, como se lo llamó. Muy pronto, gracias a ciertas mejoras biotécnicas, el recorrido pasó a durar semanas, que se convirtieron en el tiempo indefinido que hoy conocemos, cuando la corporación ‘Friendly Death’ sacó el SAFD, un avatar sólido que en sus primeras versiones ya era capaz de estrechar manos.

En cuanto se dispuso de una versión ‘low cost’ del conjunto de la experiencia, la imitación popular dio lugar a millones de cortejos ambulantes, causantes del actual colapso de las vías públicas. Sin embargo, un suceso reciente va a revertir la situación: un insensato SAFD de última generación acaba de impugnar el testamento del finado al que representa. El tribunal ya ha accedido a la desconexión solicitada por los herederos.

jusoz@unizar.es

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