La gestión de crisis, a debate
La crisis sanitaria provocada por la covid ha llevado al ciudadano europeo, y al español en particular, a vivir en primera persona situaciones que antaño se resolvían mandando contingentes de tropas, ayuda humanitaria y equipos de expertos civiles a escenarios lejanos a nuestros hogares.
En poco más de un año, además de seguir conviviendo con la pandemia, hemos asistido a la polémica finalización de la acción internacional en Afganistán y al nuevo zarpazo de Rusia a la integridad territorial de un vecino. Todo ello ha puesto de manifiesto que la seguridad (ese bien intangible y, por tanto, tan difícil de valorar cuando está presente de forma razonable) pasa por la alianza de quienes comparten ideales y forma de vida, con el objetivo último de defenderse de forma colectiva ante agresiones, sean del tipo que sean.
Las amenazas chinas a Taiwán y Vietnam tampoco ayudan a ser optimistas respecto a un futuro internacional más pacífico. En clave nacional, los desastres naturales -ya sean de origen volcánico, provocados por fenómenos atmosféricos extremos, el fuego, la sequía, la inmigración descontrolada o los tráficos ilícitos que se enquistan y ‘normalizan’- ponen de manifiesto la necesidad de mantener actualizados nuestros procedimientos para gestionar con eficiencia crisis de naturaleza muy variada.
Las organizaciones internacionales a las que España pertenece, que tienen objetivos compartidos por todos sus componentes en el campo de la seguridad y la defensa, también son sensibles a esta realidad. En el caso de la Unión Europea, se ha traducido en la aprobación el pasado marzo de su ‘Brújula Estratégica’. Poco después fue la OTAN la que consensuó su nuevo ‘Concepto Estratégico’ en la cumbre celebrada en junio en Madrid. Nuestro país, preparándose con anticipación a ambos hitos, había hecho pública a finales de 2021 una actualización de nuestra ‘Estrategia de Seguridad Nacional’.
El mundo globalizado en el que vivimos acelera y diversifica las crisis a las que tenemos que hacer frente. Para estar adecuadamente preparados para afrontar con éxito la resolución de las venideras es necesario mantener actualizado el conocimiento del contexto nacional e internacional. Ello implica tener definidos los intereses particulares o colectivos a proteger, qué riesgos los amenazan, qué objetivos hay que marcarse para asegurar una adecuada resiliencia, los recursos que deberán estar disponibles para resolverlas y, por último, cómo se utilizarán para alcanzar las metas que nos proponemos. En definitiva, tener una estrategia en su acepción amplia, un modelo de gestión integral y eficaz para neutralizar las crisis que puedan estallar en España, o ser de la atención de las organizaciones internacionales en las que nuestro país comparte intereses y compromisos con aliados.
Cada una de ellas, cada nación, mantiene un modelo que evoluciona, está en cada momento más o menos actualizado, y responde de manera más o menos eficaz a los intereses particulares o colectivos que justifican su existencia. En un momento de cambio es pertinente pararse a debatir y analizar sobre ellos, para tener elementos suficientes que nos permitan, como ciudadanos responsables, formarnos nuestra propia opinión al respecto.
Facilitar este conocimiento es el objetivo de la XXIX edición del Curso Internacional de Defensa, que bajo el título ‘Los modelos de gestión de crisis a debate’ se desarrollará en Jaca del 26 al 30 de septiembre. Para quienes no puedan acercarse a la capital de la Jacetania, las instalaciones del Patio de la Infanta de Ibercaja acogerán una pequeña réplica del curso las tardes de esa misma semana.
José Manuel Pedrosa Carrera es coronel y director del XXIX Curso #Internacional de Defensa de Jaca
