Nuevo curso

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Heraldo

El viernes pasado, 16 de septiembre, se celebró en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza el acto de apertura del curso académico 2022-2023. 

Contó con una nutrida representación de las fuerzas vivas de nuestro país, de Aragón, y menos público que en tiempos pre-pandémicos. Cualquier persona interesada puede ver la grabación del acto disponible en Youtube. Son algo más de dos horas con las que entretenerse y revivir la celebración. Da mucho de sí. Tras los prolegómenos litúrgicos, el rector abrió la sesión dando la palabra a la secretaria general, quien explicó la tradición de exponer la memoria, en este ocasión "a través de un documental"; sin embargo, es más una inyección de propaganda institucional carente de autocrítica y con mucho autobombo que otra cosa. Posiblemente es lo que corresponde. Eso sí, para ser una síntesis del curso, resulta llamativa la última frase: "Entre todos lo conseguiremos". Ni es balance de lo que se ha hecho, ni al escucharla se sabe qué hemos de conseguir. Más allá de sobrevivir a lo inesperado, a la incertidumbre, a la escasez estructural y a la sobrevenida, no parece que nuestro Mayoral tenga un plan para el tiempo que le queda como rector, salvo el mero movimiento inercial. Algunos empiezan a maniobrar entre bambalinas por si tocan elecciones antes de hora.

La Universidad de Zaragoza inauguró el nuevo curso con las ceremonias habituales, con la lección magistral del profesor Juan José Badiola y con los discursos del rector, José Antonio Mayoral, y del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán

El segundo momento del acto fue la lección magistral impartida por el profesor Badiola. Se prolongó sobradamente. En el minuto 52 se percató de que se pasaba de tiempo y bromeó con su "fama bien merecida". Dijo que recortaba el discurso, aunque se extendió siete minutos más sin vergüenza hasta llegar casi a la hora. No fue magistral ese exceso. Eso sí, tuvo frases enjundiosas, como cuando dijo que los universitarios "no podemos ser gente convencional, tenemos que romper barreras" (30’ 13’’). Si no hubiera gobernado la institución podríamos creerlo, él que ha sido estrella de las oportunidades perdidas. Pudo poner nuestra universidad en el siglo XXII y casi nos regresó al siglo XVI. No ha debido leer a Gracián cuando decía que "lo malo, si poco, no tan malo". Eso sí, acertó recalcando lo de "un mundo, una salud".

Siguió la promesa o juramento del profesorado que ha accedido durante el curso a los cuerpos docentes universitarios. Y después llegó el turno del discurso del rector. La versión escrita está disponible en la web. Comparto una de sus afirmaciones iniciales: "Sin duda la nuestra es una universidad con margen de mejora, pero buena universidad". Esto pese a todos los pesares, que son muchos. Y pese a la alta dosis de autocomplacencia con la que abonó la reflexión. Un ejemplo es la vanagloria de haber iniciado la reforma estatutaria antes de saber cómo quedará la anunciada Ley Orgánica del Sistema Universitario que va a ‘perpetrar’ el Gobierno de Sánchez. Otro, lo del ahorro energético. Intentó algo de lirismo con menciones a músicas del siglo pasado y sorprendió con su alegato en pos de la formación de la ciudadanía, hasta hace nada sólo valían la investigación, los ranking y los índices H. Pero mayor es su conversión al dictar nuevas obligaciones: "Universitarios y universitarias, os invito pues a trabajar para que nuestra universidad sea una universidad excelente, pero con alma". ¡Tela!, como diría un castizo defensor del realismo materialista. Será que el paso por el curso de la CRUE en Santander ha tenido sus efectos.

El acto concluyó con la intervención del presidente de nuestro país Javier Lambán. Elogió al nuevo presidente del Consejo Social de la universidad, Aurelio López de Hita y a la consejera Maru Díaz. A esta última le pronostica un largo futuro político que sonaba a cooptación. Fue ágil, sugerente e incluso emotivo al repasar la rendición de cuentas que tocaba y la formulación de nuevos propósitos y retos. Sin duda el más brillante de los oradores del día y unas palabras estimulantes para cualquier integrante de la Universidad de Zaragoza. Quien, por cierto, también se sumó al alegato no materialista: "Para tener éxito debemos tener alma". Incluyendo un ‘false-friend’ en su traducción del latín (2h 14’ 24’’).

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