Hacia el ocaso

Presentación del documental ‘Labordeta. Un hombre sin más’ en Zaragoza
Presentación del documental ‘Labordeta. Un hombre sin más’ en Zaragoza
Toni Galán

Íbamos mi amiga Elena y yo al preestreno de ‘Labordeta, un hombre sin más’. 

Habíamos quedado con tiempo de sobra por mi manía de llegar a los sitios media hora antes. Siempre creo que voy a hacer tarde y luego siempre tengo que esperar. Pero esas esperas no me incomodan si estoy tranquilamente sentada observando la vida, como hacía cuando viajaba en tren a Morata de Jalón y Antoine me recogía en la estación después de sus guardias en el Hospital de Calatayud. Echo de menos aquellos viajes por la ribera del Jalón en vagones casi vacíos, con el Moncayo apareciendo y desapareciendo en el horizonte.

La película documental sobre Labordeta se estrenará al público en pocos días y yo la recomiendo a todo el mundo. No pude evitar unas lágrimas y creo que no fui la única que lloró en la sala. Después de la proyección y los aplausos, pude abrazar a Juana de Grandes y a Paula Labordeta. Emoción a raudales. A Luis Eduardo Aute le encantaba ‘Ya ves’, decía que era una de las mejores canciones del mundo. Repaso la letra al llegar a casa. Anoto estos versos: ‘Ya ves,/ que vamos recordando,/ creciendo hacia el ocaso./ No lo sé,/ ya ves’. Siempre me han parecido un poco misteriosas las letras de sus canciones, con ese poso de melancolía endémica de los secanos. ‘Creciendo hacia el ocaso’ me recuerda al poemario ‘La llegada del mal tiempo’ de Ángel Guinda, que es otro de esos muertos que siguen vivos porque los necesitamos a nuestro lado. No lo sé, ya ves, José Antonio, aquí seguimos, Elena y yo, recordándote y echándote de menos.

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