Apuesta por el ferrocarril
Los Gobiernos de Aragón y la Comunidad Valenciana, junto a sus asociaciones empresariales, han escenificado un frente común para urgir la agilización de una vía de comunicación imprescindible para potenciar el desarrollo de ambas comunidades: el corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo. Esta infraestructura permitirá colocar a Zaragoza en el centro de un eje fundamental para la vertebración de España: desde Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja hasta Valencia. Mejoraría además la capacidad de la capital del Ebro para competir en el mercado global. Las comunicaciones en el interior del país y con el resto del mundo son una herramienta esencial para ganar competitividad, oportunidades de progreso, de atracción de talento y de creación de empleo de calidad.
La reclamación encabezada por los presidentes Javier Lambán y Ximo Puig no pasa solo por acelerar las obras y electrificar los 315 kilómetros que separan Zaragoza y Sagunto por ferrocarril, sino por su modernización integral y la duplicación de la vía existente para ganar capacidad y, con ello, competitividad y desarrollo empresarial y territorial. Está demostrado que, en la relación entre infraestructuras y crecimiento económico, la falta de infraestructuras lastra la capacidad de crecimiento.
Más allá de las declaraciones de buenas intenciones, el Gobierno central debe intensificar las inversiones y acelerar los trámites administrativos. Si el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere superar el histórico mapa radial de trenes y cumplir con su compromiso de desarrollar la España interior, tiene que asegurar infraestructuras de comunicación (viarias, ferroviarias y digitales) para que Aragón haga valer su situación geoestratégica, el capital humano, la formación, la amplia disponibilidad de terreno industrial y la proximidad con Francia y el resto de Europa.
