Aragón es la Comunidad que más tarde paga a sus proveedores. Con 42,5 días de media es, junto a Asturias, la región que peores indicadores presenta. Y la cifra, en el mes de julio, con 46,59 días, es todavía peor. La Intervención General de la DGA achaca al Salud este retraso. La gran repercusión que la pandemia ha tenido en la gestión pública es una explicación de esta circunstancia, pero pierde fuerza si se compara la situación de Aragón con la del resto de las autonomías. El pago con celeridad a los proveedores es una obligación frente a los ciudadanos y las empresas que han contratado con la Administración. Estos atrasos representan, pues, un desequilibrio que hay que corregir.

La administración autonómica aragonesa no logra solucionar el viejo problema de la lentitud en el pago a proveedores. Se han hecho esfuerzos, pero nuestra Comunidad, junto con la asturiana, son las dos que tienen los peores indicadores. La situación en lo que va de año ha mejorado, pero seguimos estando entre los más lentos. El problema está focalizado en el Servicio Aragonés de Salud, donde el periodo medio de pago superaba en julio los 55 días y tenía más del 65% de sus facturas. Y no es una cuestión menor, al tratarse de un organismo público que, solo en farmacia, supera los 35 millones de gasto al mes. Si se eliminara al Salud de la ecuación, el plazo se rebajaría hasta los 25 días.

Estos datos deben movilizar a los responsables a agilizar los procesos y ganar eficiencia, como ocurre en otras administraciones. La situación es del todo indeseable y repercute negativamente en la actividad económica. La DGA está obligada a acortar los plazos lo antes posible y a cumplir sus compromisos como aconseja una buena gestión. Además, la situación se puede complicar en los próximos meses a causa de la inflación.