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Cartas al director de HERALDO: Inicio de curso con un regalo agridulce

Una vuelta a clase
Inicio de curso con un regalo agridulce
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Inicio de curso con un regalo agridulce

En la oscuridad de la noche, una inesperada luz que te ilumina el camino puede proceder de tu futuro agresor. 

La acertada decisión por parte de la Administración de ofertar las vacantes en julio, que favoreció la organización de los docentes y el trabajo de los equipos directivos, ha constituido la antesala de un despropósito. Con el cupo cerrado y poco después de que los interinos de Secundaria solicitasen las plazas, la directora general de Personal anunció en Mesa Sectorial la reducción de una hora lectiva para el profesorado mayor de 55 años. Nos hemos repartido los grupos sin tener constancia por escrito de cómo llevar a cabo dicha disminución. Sabemos las instrucciones de este agridulce regalo, hecho para conseguir votos, porque los dirigentes se han puesto en contacto telefónicamente con algunos centros. El jefe de un departamento, que tiene una rebaja lectiva según el número de personas que lo componen , no puede acogerse a esta medida; tampoco los cargos directivos Este derecho de última hora, lejos de nuestras reivindicaciones y que no puede acarrear la contratación de nuevos profesores pero sí la ampliación de alguna jornada parcial , genera desconcierto y una discriminación inadmisible en unos políticos que elaboran una ley educativa asentada en el principio de igualdad. Soy consciente de la situación económica, pero, como el conocimiento no tiene ideología, no era urgente comenzar la Lomloe, un cambio costoso en dinero y productor de un inútil trabajo burocrático que estresa a un colectivo cuya misión, entre otras, es fomentar el bienestar emocional de sus alumnos. Anclados en el abandono y en el conformismo, me pregunto si podremos dar lo que no poseemos. Esperaremos ansiosos el siguiente capítulo de esta novela interminable sobre el maltrato a los enseñantes.

Mª Pilar Ciprés Domínguez. ZARAGOZA

Hospital Miguel Servet

Hace pocos días falleció mi nieto, con 19 años, víctima del cáncer, luchador infatigable, sonriente y gran persona. El primer pronóstico fue de tres meses de vida, pero, gracias al trabajo de unos grandes profesionales, conseguimos disfrutar de él tres años y medio, a base de operaciones, quimio, transfusiones y un trato inmejorable por parte de unos héroes anónimos que lucharon con nosotros. Me refiero a los oncólogos, neurocirujanos, traumatólogos, sin olvidar a los enfermeros y auxiliares del hospital Miguel Servet que, con sus conocimientos y empatía, intentaron todo lo posible. Mi nieto consiguió entrar en Medicina y, lógico por su enfermedad, su ilusión era ser oncólogo. Muchos días iba de la quimio a la facultad con una sonrisa. No hace falta ir a Houston para tratar esta terrible lacra que es el cáncer, ya que tenemos la mejor sanidad pública del mundo; cuando alguien la critica, demuestra su ignorancia. Mi agradecimiento más sincero a todos los profesionales que, día a día, luchan por mejorar y en ocasiones superar el cáncer. Es de bien nacido agradecer a otras personas de bien, como es el caso de Amancio Ortega, que donan cientos de millones con el único fin de incorporar la última tecnología para el tratamiento, no solo en su Galicia natal sino en toda España, sin olvidar a los mal nacidos que lo critican. Solo con que uno solo de los afectados por el cáncer consiguiera superarlo. sería de agradecer su altruismo y generosidad. Mi eterno agradecimiento a todos ellos.

Javier Sánchez Íñigo. ZARAGOZA

Crianza y educación

Casi no puedo creer lo que leo en HERALDO: "La DGA expulsará a los alumnos en residencias juveniles que se droguen o hagan novatadas, etc.". No he querido buscar las estadísticas de la cantidad de jóvenes que no solo malogran su vida, sino que acaban siendo un peligro social. Hasta un fumador es un peligro social, o cualquier clase de drogata, velocista sin escrúpulos en coche, moto o patinete, okupas, vagos que viven de los impuestos de otros, ‘quemacontenedores’, ‘pintafachadas’, violador por su cuenta o en manada, maltratador, etcétera. ¿Por qué no nos preguntamos si habíamos visto tanto desmadre en las generaciones pasadas? Cuando te quejabas a tu padre de haber recibido una torta del profesor, tu padre te daba otra; ahora, pobre del maestro que riña un poco al niño. Los seres humanos, a diferencia de los animales, son criaturas dependientes de crianza y educación. Cuando la crianza es escasa y la educación, mínima, el resultado es más cercano al instinto animal que a la conciencia humana. La conciencia o consciencia hay que educarla, y no de cualquier manera o según la corriente general. Todos somos capaces de observar el camino que le gusta al cuerpo, el del menor esfuerzo, el del placer injusto, robado a costa del malestar o el sufrimiento de otros…, pero si hay prisa, si no hay tiempo, los jóvenes quedan atrapados en el yoísmo, ese camino sin disciplina, sin metas ni valores, que conduce al fracaso. Sin embargo, cuando sacrificamos el tiempo necesario, cuando sufrimos al tener que sostener una ley moral con disciplina, con esfuerzo, con propósito loable, cuando nos aseguramos de buscar, encontrar y enseñar los altos valores humanos, la vida entonces nos recompensa y, un día cualquiera, alguien que no es de tu familia ni pertenece a tu círculo de amigos te dice: «Tienes unos hijos maravillosos… Qué suerte has tenido». ¿Suerte? "No os engañéis: nadie puede burlarse de Dios. Porque lo que uno esté sembrando es lo que cosechará" (Gálatas 6:7).

José L. Sancho. ZARAGOZA

Estilos de vida y edad biológica

Hoy en día, unas pocas y simples premisas –entre otras, probar cosas nuevas, aprender del fracaso, animarse a correr riesgos y salir al aire libre– resultan más que suficientes para derrotar, y por goleada, los prejuicios sociales existentes en nuestra sociedad respecto a los adultos mayores. Porque, aparte de que el deseo de longevidad va encadenado al de vivir la mayor cantidad de años posible con salud y autonomía, se sabe que la edad cronológica –o número de años que tenemos– puede ser diferente a la edad biológica, es decir, podemos ser más ‘jóvenes’ genéticamente que lo que marca nuestro DNI. Así, el denominado ‘estilo de vida’ de la persona juega un rol verdaderamente clave, ya que si bien hay cuestiones que no se pueden modificar –la edad, la genética y ciertos factores ambientales–, la incorporación de hábitos saludables puede marcar la diferencia a nivel físico y mental. Y es que los cambios inevitables propios del paso del tiempo, conforme a la opinión de los especialistas, pueden ser ‘amortiguados’, con el objetivo –añaden– de ‘morir joven, lo más tarde posible’.

Mar Ramos Navarro. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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