Autovías en Aragón

Los conductores comenzaron a circular la semana pasada por el nuevo trazado entre Gallur y el enlace con la AP-68 con el objetivo de que las contratistas puedan rehabilitar la vieja N-232 a lo largo de 4,5 kilómetros
Autovías en Aragón
Javier Belver

Hace un año, el 31 de agosto de 2021, se estrenaba la gratuidad en la autopista AP-2 que une Zaragoza con Tarragona. 

Los camiones se lanzaron en masa a utilizar esa carretera. Al poco tiempo, sobre esa novedad caía un jarro de agua fría: el Ministerio de Transportes anunció que se iban a convertir en carreteras de pago todas las vías rápidas. Como afirmaron las asociaciones de transportistas, se trataba de un fin ‘efímero’ del peaje. Para Aragón, el gozo en un pozo, cuando se anunciaba a bombo y platillo el dar un empujón a la autovía A-68, tan retrasada en plazos y en proyectos. Habrá que pagar después de esperar tanto tiempo con los desdoblamientos, más que en las comunidades vecinas.

Ahora, el Ministerio ha dado un paso más y ha encargado a una empresa un estudio de alternativas para establecer un sistema de pago por circulación en autovías. El argumento es que la Comisión Europea apremia, porque quiere que se fije para 2024 la forma de pago, basándose en el principio de que paga más quien más contamina. Partidos políticos, como CHA, ya han denunciado algo que consideran injusto en lugares como Aragón, con un retraso de muchos años en la finalización de las autovías programadas. No hay ni una sola completa, a diferencia de lo que ocurre en comunidades como Cataluña y Navarra, donde no se han dado esos llamativos retrasos en las obras públicas que se han producido en Aragón.

El Estado había programado varias autovías en Aragón. Cuatro de ellas no han pasado del estudio inicial: Cuenca-Teruel, la del Jiloca, Monreal del Campo-Alcolea del Pinar y Alfajarín-Fraga. Aragón ha sufrido, como denunciaba el consejero de Vertebración del Territorio, "un agravio sangrante" por el déficit de inversión de décadas en la red estatal de carreteras. La Nacional II es autovía desde hace años en el tramo catalán, mientras que el tramo aragonés no desdoblado –los 91 kilómetros entre Alfajarín y Fraga– ha supuesto que hubiera 62 muertos en los últimos diez años.

La Nacional 232, entre Zaragoza y Navarra, se reconvirtió en autovía en la comunidad vecina hace años. Aquí aún se espera la finalización de los últimos 14 kilómetros. En los tramos aragoneses han fallecido 30 habitantes de los pueblos de esa zona desde el año 2009. Su continuación, la A-68 que une Zaragoza con el Mediterráneo, tiene una ejecución de una lentitud asombrosa.

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