Director de HERALDO DE ARAGÓN

¿En proceso de refundación?

Albert Rivera, en Zaragoza
En proceso de refundación
Toni Galán

La crisis de Ciudadanos se expresa en forma de guerra interna entre críticos y oficialistas, y con un permanente goteo de abandonos. La dirección confía en que el proceso de refundación conceda una oportunidad al partido y al centro político

En guerra abierta, sin disimulo alguno, Ciudadanos se desangra. Críticos y oficialistas, enfrentados por lo poco que queda del partido, protagonizan una de las batallas más absurdas de la vida política nacional; irrelevante a ojos de los votantes y sin el más mínimo interés para el resto de los partidos, que hace meses anticiparon el reparto de los votos de Ciudadanos. Se disuelve la formación y la única duda es la velocidad de una desaparición que ofrece el peor y el más castigado de los espectáculos políticos: las peleas internas por el control del partido.

"El desmoronamiento de Ciudadanos puede complicar la estabilidad de la que gozan instituciones como el Ayuntamiento de Zaragoza"

El desmoronamiento de Ciudadanos, manifestado en los resultados de las autonómicas de Madrid, Castilla y León y Andalucía, habla de un desenlace no controlado que puede complicar la estabilidad de la que gozan instituciones como el Ayuntamiento de Zaragoza. Los anuncios personales de fin de ciclo de alguna concejal, alimentando todo tipo de especulaciones, los liderazgos marcadamente críticos con la dirección del partido, que en el caso de Sara Fernández complican su carrera para encabezar nuevamente la lista municipal, y hasta los silencios que parecen expresarse responsables forman un magma de duda sobre el futuro de los seis concejales naranjas que hoy conceden la mayoría municipal. Con poco en común, la realidad de cada uno de los concejales de Ciudadanos responde a la vía por la que llegaron al partido, a su encaje en una organización con una topografía política en exceso irregular construida desde las más diversas procedencias. La liquidación de Ciudadanos es también, en consecuencia, el reflejo de la frustración del proyecto político individual de muchos de sus integrantes, de aquellos castillos creados en el aire ahora derrumbados.

Con una marca amortizada, de casi imposible reanimación, Ciudadanos ha emprendido un ambicioso proceso de refundación que busca ofrecer en unos pocos meses una nueva alternativa electoral desde ese difuso lugar que es el centro político. Habrá una asamblea y se producirá un debate que confronte ideas y proyectos, pero el reto pasará por convencer nuevamente a los votantes de la utilidad de un partido que cuando debió gobernar rechazó la oportunidad. Ciudadanos representa el claro ejemplo de una errática gestión interna, producto de una ambición personal, la de Albert Rivera, que pensó que podía superar al PP amparándose en unas desordenadas expectativas personales. Con la mirada solo puesta en el centro derecha, renunciando al pacto con el PSOE, a la fortaleza que le concedía saberse en la equidistancia, Ciudadanos ha quedado reducido, por culpa de sus equivocaciones, a la condición de una opción prescindible al compartir idéntico ámbito que el PP.

"La fortaleza económica de los naranjas advierte de una batalla por la supervivencia que la actual dirección librará hasta el mismo día de las elecciones"

El proceso de refundación, que nace en un momento de revitalización del bipartidismo, en el que la política tiende a simplificarse y donde el PP de Feijóo busca de manera consciente el centro que marca la brújula política, cuenta con la fortaleza que conceden los diez millones de euros que Ciudadanos posee en sus cuentas. Un partido puede derrumbarse y tender velozmente a la desaparición, el caso de UPyD de Rosa Díez es paradigmático, pero la fortaleza económica de los naranjas advierte de una batalla por la supervivencia que la actual dirección librará hasta el mismo día de las elecciones.

Sostener un proyecto político cuya única visibilidad procede del permanente enfrentamiento interno es un imposible. La refundación, sobre la que dirigentes como el líder del partido en Aragón Daniel Pérez creen que servirá para reconectar nuevamente con las preocupaciones de la familias, presenta severas dudas, en especial, si no se descubre la utilidad que implica votar a Ciudadanos o a su nueva marca.

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