Por
  • Javier Lacruz

Achicharraíto

Ayman al Zawahiri, el jefe de Al Qaeda asesinado en Kabul con un extraño misil.
Ayman al Zawahiri, el jefe de Al Qaeda asesinado en Kabul con un extraño misil.
Reuters

Este verano está más que calentito. 

Día sí y día también se quema el monte y las temperaturas son asfixiantes. Putin acumula efectivos en la conquistada central nuclear de Zaporiyia, en territorio ucranio, y amenaza con la destrucción de Europa sin pegar más tiros. Y no hay que ser muy listo para darse cuenta de que cualquier ataque a los reactores de la planta puede resultar algo irreparable, con una contaminación radiactiva que lo de Hirosima, Chernóbil o Fukushima fuera simple humo. Ahora que Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte, está tranquilo, va China y cerca Taiwán con un despliegue de su arsenal militar que empaqueta la isla como Christo, ese artista al que le daba por tapar monumentos. De paso, la CIA informa de que ha eliminado a un líder de Al Qaeda en Kabul, con un misil Hellfire R9X, sin un solo gramo de explosivo. Un trabajo sucio, muy limpio. Se ha lanzado desde un dron, uno de esos artefactos teledirigidos, es decir, en modo teletrabajo. El misil, al acercarse al blanco, lanzó cuatro cuchillas que, con la velocidad y precisión de un ninja metálico, impactaron en el objetivo. Lo trincharon con el mínimo esfuerzo y sin daños colaterales. Digamos, una operación ‘black water’ (agua sucia) sin residuos tecnológicos. Para colmo, el zumbao de Trump va tirando los papeles secretos por los retretes de sus mansiones, hoteles y apartamentos. Mientras todo esto sucede me lo imagino a usted en el chiringuito de la playa chupando una cabeza de gamba. Un verano calentito, no. Achicharraíto.

Javier Lacruz es psiquiatra

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