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  • Cartas al Director

Cartas: El servicio Bizi

Una estación del servicio Bizi en Zaragoza.
Una estación del servicio Bizi en Zaragoza.
Francisco Jiménez

Hace unos años, quizás en el 2008, cuando la Expo, se implantó el servicio Bizi Zaragoza, pionero en España, que fue acogido favorablemente por muchos usuarios que lo han seguido utilizando hasta ahora casi a plena satisfacción, a falta de su implantación en todos los barrios.

 La empresa titular del servicio llegó, en su día, a un determinado acuerdo con el Ayuntamiento que, al parecer, concluye en septiembre del año próximo, de manera que si no se renueva, y hay problemas para ello, Bizi Zaragoza desaparecerá. Y como somos muchos los ciudadanos que lo utilizamos, le ruego al señor alcalde que haga todo lo posible para mantenerlo, porque sin duda es bueno, ya que contribuye eficazmente al uso de la bicicleta, con todas las ventajas que esto supone. Y pediría más: que en el nuevo convenio se establezca la obligación de extender el servicio a todos los barrios. Señor alcalde, mantenga Bizi Zaragoza y se lo agradeceremos todos.

Mario Giménez Casado

ZARAGOZA

Como pollo sin cabeza

El 2 de agosto publicó el BOE el decreto-ley sobre medidas de sostenibilidad económica en el ámbito del transporte, en materia de becas y ayudas al estudio, así como de medidas de ahorro, eficiencia energética y de reducción de la dependencia energética del gas natural. Se ha creado desconcierto, nadie entiende que de la noche a la mañana se publique una medida en la que, sin debatir con nadie y de manera inquisitorial, se ordena al más puro estilo venezolano cuándo se pueden encender los escaparates y la temperatura que deben tener todos los establecimientos, ya sean industrias, comercios o edificios públicos, así pues, los mismos grados tendrán en Hacienda, un horno de pan, en Zara o en la GM. Los sistemas comunistas tienden a que todo debe ser uniforme, esta temperatura es la que se debe tener porque lo ordeno y punto. Estamos en una democracia, afortunadamente, no sabemos por cuánto tiempo, pero mientras dure hay que intentar que medidas de esta índole no pueden aplicar prohibiciones a quien tiene claro cómo debe gestionar su negocio, no creo que gaste de más porque sí. Las medidas que suponen más gasto para los empresarios que ya andan agua al cuello. Se sigue recomendando a la población que se compren coches eléctricos, pero la clase baja y media no tiene a su alcance comprarlos por su elevado precio. Y ¿cómo se puede recomendar a la vez que se compren vehículos eléctricos, que necesitan mucha energía, y que se apaguen los escaparates porque consumen mucha? Se está en contra de la energía nuclear, que no emite CO2, tampoco la geotermia, que es la forma más antigua, natural, económica y permanente, pero parece que la imposición de la agenda 2030 se tiene que implementar por bemoles, aunque ello nos lleve a la ruina. Y entre medias colocan materia de becas y ayudas al estudio, que es algo que no tiene ninguna relación con el ahorro energético. Se dan palos de ciego y andamos como pollo sin cabeza, se ha perdido el norte hace mucho tiempo.

Agustín Aznar Sánchez

ZARAGOZA

Árboles para los alcorques

Hay que felicitar al alcalde de Zaragoza por querer acabar con los 4.953 alcorques sin árbol. Los ciudadanos aplaudirán que se planten en invierno 3.760 árboles. Y todos los lugares deben tener el mismo derecho, así que yo pediría que no se olviden de los tres alcorques que hay frente a la residencia de mayores de la plaza del Pilar. Son muchos los zaragozanos que visitan esa residencia, así como la capilla de Santa Genoveva Torres, y todos se alegrarían. Termino con una frase de Arnold Schwarzenegger: «El primer deber del gobierno es la seguridad pública».

Enrique Gimeno Clerencia

ZARAGOZA

Ahorro ministerial

El Gobierno social-comunista de Sánchez nos recomienda a los ciudadanos ahorro energético y que tanto el aire acondicionado como la calefacción se pongan a una determinada temperatura. ¿Por qué no un ahorro ministerial, con la mitad de ministros y asesores y menos viajes en el Falcon?

Daniel Sánchez Gil

ZARAGOZA

Dar las gracias

Quiero dar las gracias a múltiples personas que me ayudasteis para resolver lo que le pasaba a mi cuerpo, desde el traumatólogo Carlos, a la gran Belén, mi ángel en esta batalla, además del nuevo integrante que es mi doctor. ¡Y cómo no voy a dar las gracias también a las soldados que están en el hospital de día! Quiero reconocer todo vuestro trabajo, porque es de admirar. Da igual lo triste que sea la noticia, como digo yo siempre, con un toque de alegría y humor podremos con todo y más. Vuestra vampiresa eternamente agradecida.

Luisa Serrano Bermúdez de Castro Zaragoza

Los que nos quedamos en casa en verano

La gran huida de las ciudades se hace en verano. Hace cien años no se iba a la paya a tomar el sol. La burguesía iba a tomar las aguas y los sitios termales estaban de moda. Ahora, no hay distinción de clases sociales sino de dinero, unos se van a la casa del pueblo, otros al apartamento de la playa o de la montaña, y unos pocos a los hoteles o campings. La cuestión es poder decirle al vecino cuando vuelves: ¿no has salido de vacaciones?, ¿y a dónde has ido? Los más listos contestan: Estoy jubilado y puedo salir cuando quiera todo el año. Y es una manía el decir que te has ido de veraneo aquí o allá, como si eso fuera un termómetro para medir la economía familiar. En realidad, el ‘cerrado por vacaciones’ no es sinónimo de felicidad o descanso. A veces se vuelve más cansado y enojado. Se huye de la ciudad por necesidad psicológica y otras veces, por costumbre comercial. Todos huyen del calor y del aburrimiento. Todos queremos un cambio que nos devuelva la ilusión y las ganas de seguir viviendo sin problemas. Pero eso es como pedir peras al olmo. La vida en todas las estaciones, o sea, todos los días, nos obliga a aceptar lo que nos llega y a poder adaptarnos sin huir y menos de nosotros mismos. Las grandes historias se demuestran resistiendo y teniendo la suerte de poder contarlo. Por tanto, los que nos quedamos aquí, pasando calor o gastando con el aire acondicionado, ¿no será porque hay un sentido común que nos dice que hay mucha gente en todos los destinos y todo es más caro? Tranquilidad para los que nos quedamos en la ciudad, siempre hay recursos que compensan. Sobre todo salud que no falte e ilusión para viajar en otoño o cuando sea. ¡Emprender el vuelo, aunque sea bajito, andando!

Menchu Gil Ciria

ZARAGOZA

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