Un éxito de público

Monegros Desert Festival, celebrado en el desierto de Fraga.
El último Monegros Desert Festival, celebrado en el desierto de Fraga.
Francisco Jiménez

Estrena hoy película Nacho G. Velilla. ‘Por los pelos’ hace comedia a partir del fenómeno de los viajes a Turquía para hacerse un implante de pelo. 

Lo previsible es que el cineasta aragonés más taquillero, que puede presumir, entre otras cosas, de haber filmado la tercera película más vista en la historia de México, lleve multitudes a las salas como acostumbra. Realizador absolutamente refractario a la pretenciosidad, busca entretener a cuanta más gente mejor. Nada más y nada menos. Si lo logra, tendrá éxito.

El resucitado Monegros Desert también ha sido un éxito. Los ‘connaisseurs’ de por dónde van las cosas en la escena electrónica quizás habrán echado de menos algo más de riesgo en el cartel del festival, pero los Arnau han dado alegría y han hecho negocio poniendo a bailar a unas 55.000 personas en los Monegros, casi la mitad llegadas desde otros países.

Que las industrias culturales valoren por la cantidad de público la bondad de sus producciones no es la única manera de hacerlo, pero sí una que encaja en una economía de mercado en la que compiten. Otra cosa es cuando las administraciones públicas presumen groseramente de sus programaciones culturales por la caja que se ha hecho. No están para eso. Están para sostener la actividad donde el sector privado no llega, para dar oportunidades de formación y disfrute a la ciudadanía, para hacer comunidad, crear públicos, premiar la excelencia. Si el balance de las cuentas es positivo, mejor. Pero lo obligatorio –y lo que de verdad da beneficios– es todo lo demás.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión