Herramientas inútiles

Recogida solidaria de juguetes.
Recogida solidaria de juguetes.
Francisco Jiménez

El niño seleccionaba los juguetes que ya no usaba.

 Según su estado, unos acabarían en otras manos, y otros en un punto de recogida de desechos. Su padre, encargado de ordenarlos en cajas por tipología y destino, evocaba en silencio algunos momentos vividos con esos objetos, extrañándose de que el chico, que ya había dado muestras de sentir con pesar que la vida pasa para no volver, se desprendiera de ellos como si tal cosa.

En esas estaban, cuando tocó cribar lo que el hijo llamó «estas herramientas inútiles», refiriéndose a un maletín verde de tapa transparente, que dejaba a la vista los siguientes utensilios, hechos de plástico en diferentes colores: un martillo, una llave inglesa, unas tenazas, un destornillador, dos tornillos de punta plana, con sendas roscas a juego, y un taladro de broca no extraíble, al que le faltaban las pilas.

El padre, sorprendido, casi triste, le dijo entonces al niño que no era justo decir que esas herramientas eran «inútiles», pues habían servido para aprender a hacer reparaciones en casa y para arrancar las malas hierbas del patio. Lo que el padre no se atrevió a decirle al hijo, probablemente, por no pecar de sensiblero, fue que, gracias a esas herramientas, entre juegos y veras, ambos habían pasado muchos ratos juntos, haciendo equipo.

Dos horas después de terminada la tarea, habiéndose cerciorado de que el niño dormía, el padre buscó el maletín de herramientas en la caja de los juegos para donar, a fin de rescatarlo y conservarlo secretamente. Sin embargo, alguien tan sentimental como él se le había adelantado.

jusoz@unizar.es

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