Menor crecimiento económico
No es sorprendente, dado el difícil contexto en el que se desenvuelve la actividad económica en este momento, que el Gobierno de Aragón haya tenido que revisar a la baja las previsiones de crecimiento de la economía de la Comunidad para 2022.
La incertidumbre se revela como uno de los mayores obstáculos para el desarrollo económico, de manera que tanto las instituciones como los agentes sociales deben hacer todo lo posible para generar la confianza que las empresas necesitan para su funcionamiento.
Si en septiembre del año pasado la DGA preveía que la economía aragonesa podría crecer en 2022 un 7%, ahora ha tenido que reducir esa cifra a un 4,3%, en línea con las revisiones realizadas también para la economía española. Y hay que tener en cuenta que ni España en su conjunto ni Aragón han recuperado todavía el nivel de riqueza que producían antes de la pandemia. La recuperación se escapa por tanto nuevamente, ante un contexto marcado por la inflación, la subida de tipos de interés y la disrupción de los mercados internacionales, con la guerra de Ucrania como trasfondo. Es cierto, por otra parte, que Aragón, con numerosos proyectos de inversión en marcha, debería tener mejores condiciones para hacer frente a las dificultades, como se refleja en una tasa de paro muy inferior a la media nacional. Pero, como revela el indicador de confianza empresarial que elabora la Cámara de Comercio de Zaragoza, muchos empresarios no ven en estos momentos el futuro inmediato con optimismo, la incertidumbre se ha convertido en un elemento sumamente pertubador. Para hacer frente a estas circunstancias, habrá que acelerar la absorción de los fondos europeos. Y será muy importante que la Administración avance en proyectos que puedan tirar de la economía y que, junto a los agentes sociales, se acierte a crear un clima de confianza que contrarreste la inseguridad provocada por factores externos.
