Brazos abiertos

Imagen tomada este jueves en la cumbre del Aneto, con pintadas en la cruz, en la columna que sostiene la talla de la Virgen del Pilar y en la imagen de San Marcial
Brazos abiertos
Chemary Carrera Pons

Los carteles y luminarias que el independentismo vasco y catalán puso recientemente en dos cumbres aragonesas causaron rechazo político. 

Los partidos de la Diputación Provincial de Huesca calificaron la acción de "irrespetuosa con la identidad del pueblo aragonés y la integridad de Aragón". Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, como si no representara a toda la Comunidad, manifestó que le parecía una "provocación repugnante e inaceptable", compitiendo con el portavoz de Ciudadanos, que vio un "aquelarre de supremacistas sectarios", supongo que para regocijo de estos.

De "provocación" hablaron también PP y Podemos, si bien esta formación recordó los derechos de manifestación y libertad de expresión, derechos que solo Vox cuestionó, al pedir la prohibición de manifestaciones y signos "independentistas y anticonstitucionales" en el Pirineo oscense, una medida que sería inconstitucional.

No comparto la indignación. Ni lamento, como lamenta CHA, "que se utilice Aragón para batallas de estas características". Y hasta se me queda corta la posición de IU, que se refugió en la "legalidad" de una iniciativa que yo hubiera acogido con los brazos abiertos. Eso sí, mediando autorización por el uso de un espacio protegido. De haber sido así, Aragón se hubiera mostrado como la tierra sin complejos y libre que quiere ser. Además, si no se hubiera dado pábulo al independentismo con toda esa retórica de la provocación, habríamos certificado el fracaso de su propaganda pirenaica. Por mí, que vuelvan cuando quieran. La libertad y la ley los pondrán en su sitio.

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