Doblar los gastos de Defensa
Uno de los principales acuerdos de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid es el compromiso de los países miembros de incrementar considerablemente sus gastos de Defensa ante el belicismo de Putin.
El Gobierno español se ha comprometido a doblarlo: del actual 1% del PIB al 2% en 2029. Pedro Sánchez ya busca apoyos parlamentarios para iniciar este giro presupuestario en 2023. Más allá de esta búsqueda de respaldos, lo relevante es que se realice un buen ajuste de los Presupuestos del Estado a la luz de los problemas macroeconómicos que se vislumbran con una inflación desbocada. Si la Economía es la ciencia que estudia cómo se asignan unos recursos limitados para satisfacer unos deseos ilimitados, los partidos están obligados a ejecutar, al margen de sus legítimos intereses electorales, un trabajo fino para cuadrar la cuentas.
La invasión de Ucrania ha obligado a las sociedades europeas a replantearse cuestiones centrales de su política de defensa que parecían ya resueltas. En España, aunque algunos sectores de la izquierda siguen viendo con desconfianza el gasto militar, la actuación criminal en Putin no deja apenas espacio para las dudas sobre la urgencia de una defensa europea y atlántica.
El Gobierno vuelve a partirse en dos también con este asunto. Sánchez ha pedido a derecha e izquierda un "acuerdo de país", pero el PP reclama una posición conjunta del Ejecutivo y Podemos rechaza la idea de subir el gasto. Se complica, pues, la aprobación de las cuentas públicas para el próximo año. Sánchez tiene que cumplir con sus aliados de OTAN, y también quiere hacerlo con sus socios del bloque de investidura. Además, la UE exige una contención drástica del gasto corriente en los Presupuestos para 2023. Este mismo mes de julio está previsto que la Moncloa proponga el techo de gasto para 2023. Será el primer indicio de cómo pretende lograr la cuadratura del círculo.
