Más que sueldazos

Luis Rubiales y Javier Tebas Medrano, al inicio de una reunión.
Más que sueldazos
LFP/RFEF

La retribución anual del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, supera los 634.000 euros brutos, a los que se suman 250.000 que le abona la UEFA, de la que es vicepresidente. 

Supongo que, en esta segunda cifra, el nónuplo del salario medio en España, estará incluida su responsabilidad en los graves hechos de la última final de la Liga de Campeones, por los que aún no ha dimitido nadie.

Además de desorbitados, dichos ingresos son legales. En esto no cabe discusión. Sí es discutible, en cambio, la razón que Rubiales esgrime para justificarlos, cuando aduce que, siendo la RFEF "una entidad privada, no pública", sus emolumentos no son comparables a los de un servidor público, sino a los más de tres millones de euros que cobra el presidente de La Liga, Javier Tebas, o a lo que perciben otros dirigentes del fútbol y, en general, del mundo empresarial.

Opino que dicho argumento es dudoso, primero, porque la ley establece que la RFEF es una "entidad asociativa privada de utilidad pública", lo que incluye fines sociales y representar oficialmente al país. Por algo suena el himno nacional cuando juega la selección. Además, en segundo lugar, la RFEF es un monopolio amparado por el Estado, de modo que, en aras de la eficiencia y para evitar abusos, su actividad y sus ganancias han de ser debidamente reguladas.

En definitiva, la concepción de Rubiales se adscribe a la patrimonialización de lo público propia de estos tiempos, fenómeno al que se suma ese aumento acelerado de la desigualdad que tanto nos gusta, al que llamamos meritocracia.

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