Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Uno de los artífices de la moderna economía de Aragón

Fallece Francisco Bono
Fallece Francisco Bono
Heraldo.es

En el panteón de las personas que han protagonizado la construcción del Aragón contemporáneo, el de la Transición democrática y el siglo XXI, Francisco Bono ocupa un puesto principal. Desde la economía y la financiación de proyectos y empresas, él ha sido uno de sus artífices.

Su vocación y su pasión fue la ciencia económica. La estudió en Barcelona, donde se doctoró, y la enseñó a muchas generaciones de aragoneses desde la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Zaragoza, que él ayudó a construir desde sus cimientos. La puso en práctica en Ibercaja y en varias empresas e instituciones en las que intervino. Amado Franco, presidente de Ibercaja y ahora de su Fundación, decía del que ha sido su amigo y uno de sus más estrechos colaboradores que reunía las dos facetas que en el mundo distinguen a los especialistas: unos dicen cómo son las cosas y cómo deben hacerse; otros saben hacerlas y las hacen. Paco Bono aglutinaba las dos habilidades.

Ocupó diversos puestos como el de presidente de la Asociación Aragonesa de Ciencia Regional y el de vocal de la correspondiente Asociación Española; responsable del Área de Economía en el Plan Estratégico de Zaragoza (en sus dos primeras fases), promovido por Ebrópolis; jefe de Estudios de Ibercaja; presidente de la Fundación Economía Aragonesa; director de la revista Economía Aragonesa; consejero de diversas sociedades participadas por Ibercaja; presidente de Aramón; presidente de la delegación de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD); miembro del capítulo aragonés del Club de Roma y del Movimiento Europeo; autor de varias publicaciones, entre ellas las Tablas Input-Output de la Economía Aragonesa o el ensayo ‘El discreto encanto de la economía aragonesa (1982-2017)’, la más actualizada y rigurosa radiografía de la economía aragonesa en la etapa democrática.

Su papel en Ibercaja fue relevante junto a Amado Franco, José Luis Aguirre, Manuel Pizarro, Víctor Iglesias, Francisco Serrano y otros directivos. Sus conocimientos, experiencia, prudencia y visión de futuro sirvieron para hacer de la antigua caja de ahorros una entidad saneada y atractiva cuando casi todas las demás sucumbían tras la crisis financiera de 2008.

Efectivamente, el que fue vicepresidente de la entidad hasta su jubilación en 2010 conocía profundamente la ciencia economía y sabía cómo ponerla en práctica. Siempre con una voluntad de servicio a la sociedad. Esta fue otra de sus premisas vitales. Por eso unió en su persona la vertiente de profesor/investigador desde la Universidad con la de gestor en Ibercaja y la de hombre comprometido con Aragón. Por eso, por dos veces ocupó la consejería de Economía.

En 1982, asumió el puesto de consejero de Economía y Hacienda del primer Gobierno Autonómico de Aragón y fue vocal de la Comisión Mixta de Transferencias. En 2011, Luisa Fernanda Rudi logró convencerlo para que se incorporara a su Gobierno a pesar de que se acababa de jubilar y tenía previsto dedicarse a viajar y a escribir. Sin embargo, lo dejó todo para volcar todas sus energías en la consejería a la que se llevó a algunos de sus fieles colaboradores, como Enrique Barbero. Aceptó el cargo como independiente porque pertenece a una generación de economistas aragoneses (empezando por el catedrático y ex consejero José Antonio Biescas) que, además de haber puesto en marcha la Facultad de Empresariales y el Colegio de Economistas de Aragón, se han comprometido profundamente con el desarrollo de la Comunidad y sus habitantes.

Francisco Bono llevó su vocación docente más allá de las aulas y siempre tuvo un gran empeño en realizar análisis de la actualidad económica en los medios de comunicación de referencia. En HERALDO DE ARAGÓN ha sido hasta ayer unos los colaboradores más veteranos. Su primer artículo, ‘Hacia una moneda europea’, fue publicado en estas páginas en diciembre de 1970. Su último mensaje a la sección de Opinión es de hace apenas un mes: “Llevo mucho retraso en enviar artículos y aun tardaré algo, debido a unos problemas de salud. Creo que voy recuperándome bien así que, cuando pase un tiempo, retomaré la actividad”.

Muy unido a su mujer y a sus hijas, de las que alardeaba con frecuencia por su labor como maestras, sus otras pasiones fueron viajar, leer y conversar con los amigos. Siempre puso su preclara inteligencia, sus sólidos conocimientos, su talante dialogante y su gracianesco sentido común al servicio de Aragón y sus gentes, con tanta solvencia como generosidad. 

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