Neutralidad climática

Neutralidad climática
Neutralidad climática
Heraldo

El mes pasado se supo que la Comisión Europea había seleccionado siete ciudades españolas para que sirviesen de experiencia piloto hacia la neutralidad climática en carbono, apuesta ineludible de la UE a la que ha añadido la coletilla de ‘por y para la ciudadanía’. 

Se supone que Zaragoza y otras seis ciudades españolas, así como varias europeas, habrán presentado grandes proyectos en sintonía con aquello que reza el ODS 11, ‘Ciudades y comunidades sostenibles’. Una vez articulados todos los pasos habrán adjuntado los procesos de evaluación de cada fase y área de intervención. Dado el carácter de ensayo para llevar conclusiones y retos al resto de las ciudades, y aprender de sus fallos, habrá que hacerlo muy bien. Más aún con el retraso observado en todas las Agendas 2030 urbanas. Se han de rentabilizar los 360 millones de euros que reparte la UE en lograr que las ciudades seleccionadas sean un modelo de la neutralidad climática.

Junto con otras seis ciudades españolas, Zaragoza servirá como experiencia piloto para conseguir la neutralidad climática

Según recogía el Informe 2020 ‘Los ODS en 100 ciudades españolas, de la REDS (Red Española de Desarrollo Sostenible)’, ninguna ciudad española cumplía los objetivos marcados en sus agendas. En él se constataba que ha habido avances pero queda bastante camino por recorrer. Eso sucedía antes de que nos golpearan la covid y la invasión rusa de Ucrania. ¿Se encontrarán esas ciudades en la misma situación y disposición? Recordemos que ahora se cumple un año de la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Al decir de muchos investigadores del tema y de las ONG ambientalistas el éxito se antoja muy lejano. Será porque las leyes y sus consecuencias, que han supuesto avances, van siempre lentas y se comunican mal; la ciudadanía no se ilusiona.

No hace muchos días, el 25 de mayo, HERALDO resaltaba el compromiso de Zaragoza por "ser más amigable con el medio ambiente". Subtitulaba diciendo que el futuro de la movilidad debe modificarse y que apenas se ha avanzado. Recogía varias conclusiones del III Observatorio de la Movilidad Sostenible de España, celebrado recientemente. En él se subraya que la movilidad sostenible del futuro tiene un gran impacto sobre los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), que serían la salvaguarda global, si se cumplen sus ambiciosas metas. Este completo informe planteaba retos y oportunidades, siempre desde el punto de vista tecnológico de las entidades que impulsan el Mobility City. Echamos en falta, por eso no lo recogería el artículo, que se explique bien el papel que en la vida colectiva juega la ciudadanía. Tampoco cómo se conseguirá que esta sea cómplice y comprometida; ¿acaso con la educación? De lo contrario, todos los avances en vehículos eléctricos e inteligentes se convertirán en un medio de transporte/consumo más ecológico, o barato, pero no habrán impulsado la transición vivencial que nuestra sociedad necesita. Es más, en varias partes del informe se constata que se deben superar importantes barreras en tecnología. Esta ayuda a hacer posible algunos sueños, pero casi todos pertenecen a la ciudadanía y los gobiernos, en este caso municipales, que se comprometen a hacer más amistosas esas siete ciudades españolas.

El reto es difícil, y no solo por las cuestiones económicas y tecnológicas, sino también por el compromiso de la ciudadanía

Recordemos que la ciudad forma parte de un todo mundial, complejo, afectado por la emergencia climática y otras socioambientales. Términos calificados hasta hace poco de ideologías ecologistas. Ahora son medibles por sus efectos, por ejemplo la relación entre movilidad urbana y salud. Decimos esto porque no sabemos si la energía utilizada en todas las fases de los productos de consumo, hábito muy extendido en las grandes ciudades, entrará en esto de la neutralidad climática; lo que en otros lugares se titula como sostenibilidad urbana. Una pregunta con respuesta abierta, crítica: ¿Las ciudades deben acercarse a buena parte de las metas de los ODS para ser neutras en carbono, o es al contrario?, además en unos plazos tan cortos. Pasados unos años se verá el resultado de la iniciativa de nuestro Ayuntamiento. Sería un honor servir de referencia para otras ciudades. Pero cuidado, todas interactúan en un mundo complejo, convulso. Además, en cada una de ellas la salud ambiental y las otras van por barrios, con una desigual ciudadanía y necesitada de incentivos diversos. Por cierto, el 5 de junio estaba señalado como el Día del Medio Ambiente.

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