¡Es la economía, estúpido!
Cuentan los que conocen a Casado y a Feijóo que son líderes muy diferentes. El primero estaba obsesionado, como un tenaz opositor, en saberse todos los temas, en poder opinar con conocimiento de cualquier asunto. El segundo, está centrado exclusivamente en la cesta de la compra de los ciudadanos; está convencido de que es la llave para vencer en las urnas. Todavía son más diferentes Ayuso y Feijóo, pero se acaban de repartir los papeles. Ella liderará la batalla ideológica, para frenar a Vox, y él empuñará la bandera de la gestión, para ganar a Pedro Sánchez.
El líder gallego cree que, en las próximas elecciones, los ciudadanos van a votar con el bolsillo por miedo a otro bache económico. Considera que el poder adquisitivo, castigado por la inflación y los salarios bajos, es el talón de Aquiles del Gobierno. Sin embargo, Sánchez opina la contrario. También da la máxima prioridad a la agenda económica, pero porque cree que en ese campo lo ha hecho bien y que lo mejor aún está por llegar. Los dos podrían decir aquello que el candidato Clinton le dijo al presidente Bush en plena campaña: «¡Es la economía, estúpido!».
Comienza, pues, una nueva batalla por el relato: Feijóo se esforzará en convencer a los votantes de que España está mal porque es el país europeo más atrasado en la recuperación, el que tiene más paro, inflación y deuda. A cambio, Sánchez proclamará que España va bien por la reciente creación de empleo, las multimillonarias ayudas de la UE y por el menor impacto de la guerra. Quien logre imponer su relato se llevará como premio la Moncloa.
