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Cartas al director de HERALDO: Buscando la felicidad

El índice Pemberton calcula la felicidad de cada individuo.
Buscando la felicidad
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Buscando la felicidad

La felicidad, esa vieja cuestión filosófica. 

Ya los clásicos afirmaban que todos los hombres buscan la manera de ser felices. ¿Qué ocurre con la sociedad de hoy? ¿Qué nos falta para ser felices cuando tenemos todo para serlo, y no lo somos? ¿Vamos en la buena dirección? Los clásicos quedarían asombrados del hedonismo que hoy impera, de la búsqueda constante del placer. Ese placer eufórico de los sentidos, generado por la satisfacción de una necesidad, insaciable, porque el cuerpo y la mente siempre quieren más. La gente quiere ser feliz ya y cuanto más mejor. Vivimos en la cultura de la inmediatez. Este placer tiene una sensación efímera de pseudofelicidad y casi siempre con final amargo. Vivimos en una sociedad neurotóxica y el napalm cultural que nos invade pretende llevarnos al transhumanismo en el afán de que interpretemos la felicidad a la luz de las nuevas tecnologías. Necesitamos un rearme moral que nos conecte con el diálogo interno. ¡Qué difícil es narrar lo que cada uno entiende por felicidad! Algunos, pensamos que es una actitud que tiene que ver con un proceso de armonía y equilibrio, con el emprendimiento de un camino. Pero, triste viajero aquel que no espera la felicidad más que a su llegada. Y desgraciado el amante que no desea más que el placer, y no el amor. La felicidad está dentro de nosotros, no depende de lo que tengamos sino de lo que sintamos. Y hay que tratar de situarse en el lugar del que da y no del que recibe. Tratemos de avanzar un poco en el amor y aceptación de los demás. Cuando aceptemos lo que somos y tenemos, y cuando aceptemos a los demás como son, compartiendo alegrías, esperanzas, ilusiones y ganas de vivir, daremos un mejor sentido a nuestra vida y llegaremos a asomarnos a la felicidad.

José Luis Romanos Marfil. ZARAGOZA

Desatención a causa del virus

Mi felicitación una vez más a las actuaciones de Cocemfe (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) en nuestra Comunidad, siempre atentos a los diferentes problemas de las personas, especialmente con alguna discapacidad. Ahora, con la desatención desde el Gobierno de Aragón ante las peticiones ante la discapacidad y la dependencia. ¿Pero cómo pueden tardar en resolver estos problemas más de un año? Indicar también que insinúan que a los mayores de 80 años quieren ponerles una cuarta vacuna contra la covid-19, ¿pero están seguros de ello cuando hay tantas discrepancias entre los entendidos de las diferentes autonomías? Sabemos, más o menos, el número de personas fallecidas por el maldito virus, ¿pero sabemos cuántos han fallecido por alguna ‘desatención’ médica entre personas con otras patologías, retrasos en sus citaciones con excusas de la atención al virus? Recordar que también con la excusa del virus se suprimió la Unidad de Crónicos Complejos, que tan bien estaba funcionando con sus muchas ventajas y atenciones para las personas mayores con patologías crónicas, que desde el centro de salud eran enviadas al Hospital Miguel Servet, sin pasar por urgencias, y un excelente cuadro médico resolvía, en lo posible, su problema. Y en una mañana, a casa, con unas ‘medias suelas’, pero bien puestas.

Antonio Aísa Royo. ZARAGOZA

Treinta años de ‘Montesnegros’

La cultura es un derecho al que todo el mundo debería tener acceso; una sociedad debe sostenerse sobre los cimientos de la cultura y la educación. El esfuerzo, las ganas y el tesón de aquel grupo de jóvenes, que formaban la ‘Junta Cultural’ de Leciñena dio como resultado el alumbramiento de una revista a la que bautizaron con el nombre de ‘Montesnegros’. Era mayo, allá por el año 1992, y a la cabeza, como director, estaba Antonio Letosa, quien con su buen hacer supo atraer a otros pueblos para que formaran parte del proyecto. Hoy, pasados treinta años de su nacimiento, es de agradecer que la revista mantenga ese compromiso con el que se gestó y siga imbuyendo de cultura nuestros hogares, adentrándonos en el mundo de las aves, los insectos, las plantas; con artículos que nos describen la vida en los pueblos, mostrándonos que sigue latiendo con tanta intensidad que es difícil no ver su resplandor desde cualquier lugar en el que nos encontremos. Felicidades a la revista ‘Montesnegros’ por estos treinta años y por seguir acercando la cultura a todos nuestros pueblos.

Fernando Marcén Letosa. LECIÑENA (ZARAGOZA)

La aportación de los judíos al castellano

Sin duda alguna, el castellano, el español, constituye el legado más importante de España a la cultura universal. Hoy en día unos quinientos millones de personas lo comparten como lengua materna. No se puede pasar por alto la importancia de los judíos en el castellano. La base sobre la que se funda la lengua de Castilla como órgano de cultura resulta ser islámica, judía o, en todo caso, no castellana. En el siglo XII, Maimónides todavía usaba el árabe como lengua de civilización, desde mediados del XIII el horizonte del hispano-hebreo fue Castilla, donde el saber era escaso, asimilando este el castellano como una situación dominante. Durante el reinado de Alfonso X el Sabio surgió un raudal de prosa docta, traducciones y adaptaciones de libros europeos y arábigos, magnas obras históricas, jurídicas, que fueron escritas en castellano por hispano-hebreos. Fueron sabios judíos conscientes de que el romance castellano era su idioma materno, era escaso interés el que tenían por el latín, adoptando el castellano com el idioma de su única patria posible, usando este para las traducciones bíblicas, comentarios de las Escrituras, prosa filosófica y estudios astronómicos. Fueron también los primeros en usar el castellano como expresión lírica, las rosas y las flores nunca antes fueron poetizadas por sí mismas, como es el caso de ‘Los Proverbios morales’ o ‘Consejos al rey Don Pedro’ de don Sentob, judío de Carrión de los Condes (Palencia). El castellano no habría sido tal sin la aportación de los judíos españoles.

José Vicente Domeque Goya. ZARAGOZA

Mi doctora

Para mí la Atención Primaria es mi doctora: la doctora Fustero. Llegó al ambulatorio del pueblo en el que vivo hace casi ocho años. En ella conocí lo que significa que se preocupen de ti de verdad, que te cuiden y tengan, para cada problema de salud, siempre una solución. Es una mujer con una dilatada experiencia y gran vocación. Entras en su consulta y sientes su sabiduría y vocación. Pronto se jubila, le estoy muy agradecida. Así que, por si me lees, gracias, doctora Fustero, por cuidarnos tanto y tan bien. Te voy a echar de menos.

Natalia Prieto. CUARTE DE HUERVA (ZARAGOZA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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