Cartas al director de HERALDO: Lo importante es gastar bien lo que se recauda

Lo importante es gastar bien lo que se recauda
Da la impresión de que Alberto Núñez Feijóo, como nuevo líder del Partido Popular, y siguiendo los triunfales pasos de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, quiere hacer de las bajadas de impuestos una de sus principales banderas, si no la principal.
No me parece mal. Tampoco bien. Yo no pienso que subir los impuestos sea siempre buena idea, pero tampoco es necesariamente lo más adecuado cantar continuamente el mantra de las rebajas fiscales. Esto dependerá mucho de las circunstancias concretas y también de cómo, cuánto y de en qué tramos y capítulos se suban o se bajen. Si subir los impuestos fuera la fórmula mágica para salir de todos los apuros, acabaríamos dándole al gobierno todo lo que ganamos y el gobierno tendría que ponerse a repartir pan por las calles. Y al revés, el absurdo sería parecido, si bajásemos los impuestos sin parar, llegaría un momento en el que no habría Estado (y, entre otras cosas, los políticos no podrían cobrar su sueldo, ¡vaya!). Pero aunque el eslogan de subir o de bajar los impuestos pueda servir a los de izquierdas y a los de derechas para ganar votos, me parece que muchas veces ese debate solo sirve para confundir al ciudadano y evitar hablar y actuar en lo que en realidad debería ser previo y principal: no cuánto recauda el Estado, sino cómo lo gasta. Y ahí el nuevo líder del PP tendría que entrar, si tiene valor y conocimientos, más allá de acusar a los socialistas de despilfarradores, que tal vez lo sean un poco más que los populares, pero ni unos ni otros se plantean en serio cómo gastar mejor, más eficaz y eficientemente el dinero que recaudan de nuestros bolsillos. Eso no es fácil, claro, pero es lo que se hace continuamente en muchas empresas y no veo razón por la que no pudiera hacerse en la Administración pública.
José Luis Cabañero White. ZARAGOZA
Tropezarse con el tiempo
No he leído las novelas de ‘En busca del tiempo perdido’ de Marcel Proust, aunque no porque no me interese su argumento, ya que sé que el autor aborda el tema más importante: el tiempo mismo. Quiero recordar, en el año del centenario de su muerte, lo que leí en un artículo sobre esta obra. Me llamó la atención el comentario que se hacía del principio del primer volumen, de los siete que componen la serie, titulado ‘Por el camino de Swann’, explicando en qué consistía la experiencia sensorial de la ‘magdalena de Proust’. Comienza con el protagonista degustando una magdalena recién horneada, y cuando decide bañarla en el vaso de té caliente y se la lleva a la boca, las sensaciones le transportan a los recuerdos de su infancia. Me resultó familiar el tema de los recuerdos involuntarios, aquellos que sin proponérnoslo son evocados después de experimentar estímulos al azar. Pensé en la cantidad de veces que había recordado situaciones del pasado, algunas de ellas de la niñez, después de oler o saborear algo. Y, centrándome en estas palabras de Proust, «un detalle contiene el universo», reflexioné acerca de cómo emociones, pensamientos, experiencias… pueden agolparse y pasar por nuestra mente en algún momento de la vida, sin tan siquiera provocar nosotros ese recuerdo.
Gema Abad Ballarín. REUS (TARRAGONA)
La Universidad y su patrón
Con motivo de la fiesta patronal de la Universidad de Zaragoza fuimos muchos los ciudadanos que nos enteramos de la decisión tomada por su claustro de eliminar toda referencia religiosa en sus actos y comunicados oficiales. Ante esta decisión, algunos podremos pensar en Bonhoeffer (el teólogo ahorcado por los nazis un 9 de abril del 45) y en su frase "vivir como si Dios no existiese". Cox, en ‘La ciudad secular’, sigue sus pasos. Otros, partiendo de la frase de Nietzsche "la muerte de Dios", trabajan para modificar fiestas, patronos, inscripciones, premios... y superhombre. A muchos les vendrá a la cabeza la frase con la que se nos adoctrinó durante meses: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida". Independientemente de cuáles sean nuestras creencias, debemos tener presente que cuando cruzamos la puerta de la Universidad la primera asignatura que vamos a cursar es la de la libertad, y que a la primera insinuación que nos haga el gran tentador para cambiar nuestra libertad con pan tendremos que responder como Jesús, diciendo: "No solo de pan vive el hombre". Por eso la Universidad tiene por objeto de estudio, de reflexión y de debate la física y la metafísica, lo humano y lo divino.
Ramón Garcés Campos. Zaragoza
El modelo a seguir
Un buen profesor en un colegio, en un instituto, en una universidad... Lo más importante no es lo que está enseñando, sino cómo se comporta el profesor. Lo importante de unos padres no es lo que les cuentan a sus hijos, sino cómo se comportan delante de ellos: cómo gritan, cómo se hablan, cómo son pacíficos marido con mujer delante de los hijos, qué respeto hay del marido hacia la mujer y de la mujer hacia el marido, qué respeto hay entre marido y mujer con los hijos. Porque uno se empapa del modelo, no de lo que se dice, sino del modelo de conducta. Las personas de corazón dulce y tierno, los de verdad, tienen que ser el modelo del resto de la humanidad. Porque los modelos saben viajar al igual que el pensamiento. Pero hace falta que el gobierno, los poderes públicos, los medios de comunicación se pongan de acuerdo en importar ese modelo para que sirva de ejemplo a la población. De esa manera, la persona contagiada podrá a su vez contaminar el virus de la bondad a sus amigos, conocidos, vecinos, y esos a otros. La respuesta está en crear un modelo bonito de vida. Mi madre decía que no hay nada más envidiable que ver una familia unida. En la que todos sus miembros se quieren. En la que todos sus miembros se apoyan. Este es el modelo para hacer hombres de bien.
Venancio Rodríguez Sanz. ZARAGOZA
Descubrir Zaragoza
He nacido en Zaragoza, he vivido y vivo una larga vida y me siento muy orgullosa de ser zaragozana. Sin embargo, no conozco mi ciudad. Aprovechando para enseñársela a mis invitados de Semana Santa, cogimos el autobús turístico, lo que supuso para mí un descubrimiento. Puntual, muy amables los empleados y muy bien pensado el recorrido. El Pilar, el Ebro, cruzamos dos puentes, la Aljafería, los parques, calles, paseos, plazas, iglesias y la zona de la Expo, verde, inmensa, muy bien cuidada, con edificios muy vistosos y de muy diversas arquitecturas. Quiero dar las gracias a quien lo ideó y a todas las personas que lo conservan. Da gusto alabar, haciéndolo de corazón, algo tan nuestro.
Pilar Cavero García-Rivero. ZARAGOZA
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