Por
  • María Pilar Benítez Marco

Ana Abarca de Bolea

Ana Abarca de Bolea
Ana Abarca de Bolea
Pixabay

La Unesco celebra el 23 de abril el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, pues, en esa fecha, coincidieron, en 1616, los decesos de William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega. 

Dado que ni Shakespeare ni Cervantes murieron ese día, sino alrededor de tal fecha, el 3 de mayo y el 22 de abril; puesto que, a este trío inicial de autores, se van añadiendo otros que, en años diferentes, nacieron o murieron el 23 de abril; y ya que tan simbólica fecha coincide con el Día de Aragón, me pregunto si es posible proponer también a Ana Francisca Abarca de Bolea y Castro como un referente del Día del Libro.

Razones no faltan. La más anecdótica es que la bautizaran un 20 de abril. Las más importantes, que destacara como escritora en castellano y en aragonés, y que fuera una de las pocas mujeres que lograra publicar exentas sus obras en el siglo XVII, entre ellas, ‘Vigilia y octavario de san Juan Baptista’. No en vano, Baltasar Gracián, uno de sus mentores, dio a conocer un poema suyo en ‘Agudeza y Arte de ingenio’, mientras que Andrés de Uztarroz la incluyó en su ‘Aganipe de los cisnes aragoneses’. Por si alguien cae en la tentación de compararla con los escritores citados, puede recordar quizá los motivos que Virginia Woolf dio en ‘Una habitación propia’ para no hacerlo; o puede leer quizá las palabras de Ana Abarca: "Hay hombres que tienen por gala el decir mal de las mujeres, como si las desatenciones de los maldicientes pudiesen ser bastantes a deslucirlas".

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