Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

La primera contienda global

La primera contienda global
La primera contienda global
Pixabay

Después de 54 días de guerra, está claro que detrás de Ucrania no solo están los intereses de Putin sino también una nueva batalla entre democracia y dictadura. 

La II Guerra Mundial ya derrotó al fascismo, y la Guerra Fría, al comunismo. Ahora asistimos a la primera contienda global.

Desde la caída del muro de Berlín (1989), se generalizó la tesis de que a medida que los países se desarrollasen, se querrían parecer a Occidente. El atractivo era nuestro modo de vida y nuestros valores (imperio de la ley, dignidad de la persona, pluralismo y derechos humanos). Y al occidentalizarse, todos se volverían más individualistas, burgueses, consumistas y pacíficos, como nosotros.

Los hechos niegan esta hipótesis. No hay una convergencia, sino divergencias. Primero, hay menos globalización económica que hace un lustro: las cadenas de suministro se han roto. Segundo, hay más nacionalismos: Boris Johnson en Gran Bretaña, Erdogan en Turquía, Bolsonaro en Brasil, Orbán en Hungría o Le Pen en Francia. Tercero, hay menos libertad política: el mundo ha experimentado 16 años consecutivos de declive democrático. Y cuarto, hay más disparidad ideológica sobre conceptos básicos como familia, educación, género u orden social.

Hoy estamos viendo cómo estas divergencias están siendo atizadas por los autócratas que quieren mantenerse en el poder y sembrar el caos en el orbe democrático. Los gobernantes autoritarios utilizan el victimismo nacionalista, las diferencias culturales y las tensiones religiosas como palancas para movilizar a sus conciudadanos.

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