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Cartas al director de HERALDO: Héroes y villanos mueven el mundo

Tintín y Milú, en busca de aventuras.
Tintín y Milú, en busca de aventuras.

Héroes y villanos mueven el mundo

Quien haya disfrutado con el Corto Maltés de Hugo Pratt o sobre todo con las aventuras de Tintín, la creación de Hergé, comprenderá que aunque los personajes que protagonizan ambos cómic sean actualmente impopulares e incluso algunas corrientes de opinión los consideren malditos por sus actitudes violentas, racistas, chocantes con las opiniones globales en relación con la violencia de género o maltrato animal, otros consideramos a estos protagonistas muy en boga, en plena sintonía con la realidad. 

Voy a explicarme: Los curiosos personajes de ambos tebeos, considerados por entendidos como auténticas obras maestras del género, son en su mayoría épicos héroes o pérfidos villanos: intrépidos periodistas de investigación versus traficantes de drogas, sabios y científicos abnegados frente a multimillonarios magnates sin escrúpulos, geniales artistas contra militares golpistas, etcétera.

La gran mayoría de los seres humanos que habitamos el orbe tenemos tonalidades grises, unas personas grises muy claritos y otros grises oscuros.

Afortunadamente, los blancos y los negros puros, los ángeles y los demonios, son muy escasos, pero los pocos que existen, como en los cómic, quieren ser siempre los protagonistas de la peli.

Churchill-Hitler, Zelenski-Putin, el descubridor de la vacuna coronavírica y su propagador… son personajes antagónicos, héroes y villanos, pero que, para bien o para mal, siguen moviendo el mundo mientras que el resto de la humanidad, en su mayoría grisácea, observamos expectantes, nerviosos y estupefactos.

Miguel Romanos Mur. ZARAGOZA

Errores históricos

Vergüenza ajena siento por las palabras de Aznar cuando ha dicho que plegarse al plan de Marruecos «es un error de consecuencias históricas que vamos a pagar muy caro». Un error de consecuencias históricas que pagamos muy caro los españoles con sangre fue apoyar a Bush en su guerra contra Irak utilizando argumentos falsos. Como consecuencia, Aznar recurrió a otro error, que fue culpar falsamente a ETA del atentado de los islamistas en Madrid el 11 de marzo de 2004, en el que fallecieron 193 personas. Otro error de Aznar, este incruento, fue apostar por Pablo Casado como líder de la derecha: le salió rana. Otro, invitar a la boda de su hija a los dos cabecillas de Gürtel, aunque con todo el cinismo dijo que no los conocía. Sabemos que en todas las bodas se cuela alguien, pero no con la ostentación de la que hicieron gala Francisco Correa y Álvaro Pérez. Y otra gran vergüenza fue el caso de la identificación de las víctimas del Yak 42, un error histórico muy grave.

Martina Pellejero Cuéllar. ZARAGOZA

La paz, base de la civilización

¡Qué falta hace la paz en un mundo siempre en guerra! ¿Es posible una paz universal y duradera por los siglos de los siglos? Ella es uno de los fundamentos de la civilización del amor. La paz se consigue mediante la justicia y la caridad. Su fracaso es la guerra por lo que hay que tomar medidas contra quien la amenace. Cuando estalla hay que proteger a los inocentes. También es necesario el desarme y combatir el terrorismo, impidiendo sus consecuencias, como el odio, la muerte, el deseo de venganza y la represalia. La aspiración a la paz y a la fraternidad universal nos da fuerza para defenderlas cada uno en el día a día. Haría falta la supresión de los ejércitos y de la industria de armamento, sus costes se dedicarían a otros fines, sustituidos por una policía a las órdenes de unas Naciones Unidas con fuerza ejecutiva y sin fronteras. Pero, sobre todo, sería necesario, y sin ello ninguna paz sería posible, un cambio interior que con la ayuda de Dios o de la buena voluntad hiciera posible unas actitudes propias de la naturaleza humana, que engendraran armonía y concordia entre todos. ¿Utopía? Sí, pero ella sirve para enseñarnos a dirigir nuestros pasos hacia el ideal, definido aunque inalcanzable por nuestra naturaleza ‘caída’, que tendiendo al mal ha sido salvada por la Cruz.

Javier Pueyo Usón. ZARAGOZA

La rusofobia

Un amigo me dice: «Sí, Venancio, que a millones de personas nos engañan y una minoría solo sois los privilegiados de saber la verdad». Este es el pensamiento prebélico que rige nuestra sociedad en este momento y cada español hace la guerra por su cuenta. ¿Cómo? Unos en el bar, entre copa y copa, insulto. Otros dan un paso más allá y si oyen decir cosas imprudentes en favor de los rusos, se meten por el medio de la conversación a increparte. Otros escriben cosas feas en los posts de sus amigos, conocidos y extraños. Los más aventurados, si tienen la suerte de conocer a un ruso, le hacen el vacío en el mejor de los casos. Si este ruso resulta que regenta un comercio, dejan de ir. Ahora comprendo lo que pasó en Cataluña con las familias. Es lo que dijo Hannah Arendt, la ‘banalidad del mal’. Decía así: «Un sistema de poder político puede trivializar y castigar a un sector de la población manipulando los medios de comunicación hasta que anestesian la capacidad de pensar en las consecuencias éticas y morales de sus propios actos». El Gobierno juega con cosas de mayores y está activando a un monstruo que nos comerá.

Venancio Rodríguez Sanz. ZARAGOZA

La magia del teatro

Decía Arthur Miller: «El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma»; y García Lorca: «El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana». Pues bien, llamamos teatro no solo al edificio, sino a su esencia misma y representación en un escenario, donde los actores se transforman con un lenguaje verbal y gestual. El teatro no debe ni puede morir nunca. Sus orígenes están en antiguos ritos prehistóricos, donde el ser humano era consciente de la importancia de la comunicación para las relaciones sociales. El teatro existe también para ciegos, se reinventa rompiendo barreras ante todas las discapacidades o enfermedades mentales y reporta beneficios múltiples para la salud. Felicidades a todos: autores, actores, técnicos (iluminación, sonido, maquinaria…), maquilladores, figurinistas, productores, jefes de sala, acomodadores, taquilleros y tantos otros perfiles que contribuyen a su desarrollo y hacen posible que los espectadores valoremos su intenso trabajo para aplaudirles. Sin todos ellos no cambiarían las cosas en nuestro mundo: «El mundo entero es un teatro» (Shakespeare).

Menchu Gil Ciria. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

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