La inquietud por los problemas que arrastra desde hace tiempo la Atención Primaria del sistema sanitario en Aragón y en toda España se ha agudizado durante los dos años de pandemia, como muestra la manifestación de ayer en Zaragoza. 

El Gobierno de Aragón, dentro de las líneas marcadas por el Ministerio de Sanidad, trabaja en un plan para actualizar su fucionamiento. Las autoridades sanitarias deben dar al primer escalón de la medicina pública la prioridad y los recursos que demandan los ciudadanos.

Durante las sucesivas oleadas de la covid-19, la Atención Primaria ha sido el primer muro de contención de la pandemia, con un enorme esfuerzo por parte de sus profesionales, y en no pocas ocasiones se ha visto desbordada. Pero los problemas de este escalón fundamental de la asistencia sanitaria vienen de lejos, con cargas de trabajo excesivas para los facultativos y poco tiempo de consulta para los pacientes. La manifestación de ayer, como movilizaciones que se han realizado en otros puntos de España, muestra la inquietud de los colectivos sanitarios y de toda la sociedad. La Consejería aragonesa de Sanidad está trabajando para responder a esta situación, con un Plan de Atención Primaria y Comunitaria, cuyas líneas maestras se presentaron la semana pasada, que busca actualizar un modelo que, en lo básico, se diseñó en los años ochenta y necesita adaptarse. Hay en el plan actuaciones valiosas e interesantes, como la reorganización de equipos y funciones profesionales, o el encaje de la telemedicina. Pero con seguridad, aspectos fundamentales serán la financiación y la dotación de las plantillas, especialmente en una comunidad como la aragonesa con alta dispersión poblacional. También el Ministerio de Sanidad debe ser consciente de estos problemas, para conseguir que entre todos los niveles administrativos se renueve y refuerce el esencial papel de la Atención Primaria en el sistema sanitario.