Bajar el precio de la luz
El Gobierno español, con el apoyo de Portugal, ganó ayer una significativa batalla en Bruselas al conseguir que el Consejo Europeo admitiese la posibilidad de intervenir para limitar el impacto del precio del gas natural en el coste de la electricidad.
Sánchez fiaba a esta posibilidad su política para paliar el alza del recibo de la luz y ha conseguido vencer la resistencia inicial de la Comisión y de algunos países. Ahora tendrá que desarrollar de manera acertada una normativa que resultará compleja y que puede tener costes y efectos secundarios.
El Gobierno de Pedro Sánchez llevaba meses negociando para que la Unión Europea le permitiese modificar las normas que regulan el mercado eléctrico con vistas a poner un tope al precio de la luz, dado que la escalada del recibo desde mediados del año pasado está suponiendo un pesado lastre para las familias y las empresas. El Consejo Europeo, después de un intenso debate, admitió ayer finalmente la propuesta española, respaldada por Portugal, de manera que el Ejecutivo podrá a partir de ahora, de manera excepcional y temporal, tomar medidas para limitar el peso que tiene el gas natural en la formación del precio de la electricidad, con el propósito de reducir la factura de los hogares y las empresas. Para ello tendrá que establecer una normativa que resulte viable y que para recibir el visto bueno de la Comisión deberá demostrar que no distorsionan la competencia. El Gobierno, apoyándose como argumento en el relativo aislamiento de la red energética ibérica, ha obtenido así un éxito político, pues en principio su propuesta no era bien vista en Bruselas. Pero ahora tiene que demostrar que la idea funciona efectivamente y que puede conseguir una rebaja real de la factura eléctrica sin crear otro tipo de trastornos. Los costes energéticos se han convertido en uno de los principales problemas de la economía española y es necesario tomar medidas para limitar el daño.
