jefa de Información municipal de Zaragoza en HERALDO DE ARAGÓN

La solidaridad requiere un soporte legal para ser eficaz

Llegada de refugiados ucranianos a Peralta de la Sal.
La solidaridad requiere un soporte legal para ser eficaz
José Luis Pano

Galina, Yulia, Yaroslava, Kira, Sava... 

Son algunos de los ucranianos que, huyendo de la guerra, han llegado a Aragón, una tierra de acogida, de gente noble y de buen corazón que es capaz de recorrer 2.800 kilómetros hasta Przemy, en la frontera polaca, para recoger supervivientes de la ira de un tirano que ofrece corredores humanitarios al infierno o los acaba bombardeando.

El éxodo es rápido y masivo y la burocracia, demasiado lenta. Mientras la Unión Europea les garantizó hace una semana los derechos a la vivienda, el trabajo, la educación y la libertad de movimientos, España sigue diseñando el protocolo para que puedan ejercitarlos.

No sabemos ni cuántos refugiados han llegado, ni dónde se alojan, ni si se quedarán aquí, ni si precisan atención médica... La indefinición puede hacer que el torrente de solidaridad juegue en contra de los auxiliados si no se les garantiza que estarán correctamente atendidos y localizados. Intenta el Gobierno aragonés suplir la lentitud del Estado coordinando las iniciativa solidarias para recoger refugiados que proponen los empresarios.

Llegan los ucranianos a una España en la que la guerra congela la incipiente recuperación. Y Josep Borrell nos invita a bajar la calefacción para no depender de Putin, al que su diplomacia no logra parar. Con la energía por las nubes, hay empresas donde resulta más caro producir que cerrar. Bajan la persiana a la espera de las ayudas de un plan nacional que está en proceso de elaboración. Como el protocolo de los refugiados, que no dejan de llegar. 

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