Por
  • Miguel Ángel Benedicto

Europa unida frente a Putin

Europa unida frente a Putin
Europa unida frente a Putin
ISM

La amenaza de Putin al orden internacional de postguerra y a la arquitectura de seguridad europea ha conseguido algo impensable hace unas semanas: unir a toda Europa frente a la agresión armada a Ucrania. 

Los europeos se han sentido como un ucraniano más defendiendo su país o buscando protección en el metro de Kiev. Hasta el problema de los refugiados, que desde 2015 ha dividido al este y el oeste de Europa, parece haber quedado atrás ante la llegada de más de 300.000 ucranianos a las fronteras de los países limítrofes como Polonia, Hungría, Rumanía o Eslovaquia. Bruselas los considera a todos como refugiados sin necesidad de burocracias y estudia concederles un permiso de uno a tres años para que residan en la Unión Europea e incluso puedan acceder a la educación y la sanidad. Los 27 Estados miembros de la UE han dejado de lado sus intereses nacionales para evitar la destrucción de sus valores y principios apoyados en la democracia, el Estado de derecho, la separación de poderes y el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas.

Que la Unión Europea haya pasado del modo ‘softpower’ a enviar cazas a Ucrania es un paso cualitativo en la seguridad y la defensa de Europa. Que se haya puesto en marcha el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para comprar armas para Kiev era una quimera hace unas semanas. Putin ha conseguido en la defensa europea lo que la crisis financiera de 2012 supuso para la UE en sus avances en el terreno de la unión económica. Recordemos cuando España e Italia estaban al borde de la quiebra, el entonces presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pronunció su famoso discurso del "whatever it takes…"), es decir, "haremos lo que sea necesario para salvar el euro". Ahora, el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha conseguido que Europa hable el lenguaje del poder al poner a las instituciones europeas en modo geopolítico, algo que venía demandando junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Ante la agresión de Putin contra Ucrania, Europa ha reaccionado reafirmando
la unidad en la defensa de sus valores, estrechando lazos con Estados Unidos
y buscando reactivar sus capacidades defensivas

El gobierno alemán también ha cambiado su orientación y ha enviado por primera vez armas y misiles a una zona de guerra para defender a Ucrania del ejército ruso. Una decisión que deja de lado su tradicional restricción a exportar armas a zonas de guerra muy arraigada en el ADN alemán, al igual que el pacifismo tras lo que supuso la II Guerra Mundial. La amenaza al orden internacional de postguerra ha dado alas al canciller Olaf Scholz, que anunció también una partida de 100.000 millones de euros para mejorar su ejército y un incremento hasta más del 2% del PIB del gasto en defensa. Además, Scholz está dispuesto a que su país también haga importantes sacrificios económicos, como ha mostrado al suspender el gasoducto North Stream II y al excluir a Rusia del sistema de pagos internacionales SWIFT.

Europa ha dado más pasos en su escalada sancionadora con Moscú al intentar evitar que el banco central de Rusia utilice sus reservas internacionales por valor de 630.000 millones de dólares para paliar las restricciones económicas impuestas; al cerrar el espacio aéreo a los aviones rusos, o al prohibir las emisiones de la cadena pro-Putin Russia Today o de la agencia de noticias Sputnik, con el fin de evitar la desinformación, aunque quizás esta medida de censura no sea la más adecuada. Asimismo, la presidenta Von der Leyen se ha mostrado taxativa sobre una posible ampliación de la UE hacia Ucrania: "Son uno de nosotros y los queremos dentro".

Putin también ha conseguido que se estrechen los lazos entre la UE y Estados Unidos. La relación transatlántica que quedó herida por el paso del ‘huracán’ Trump está cauterizando gracias a la guerra de Ucrania. La UE aumentará su presupuesto en defensa, como se le viene exigiendo desde la etapa Obama, y perseguirá una mayor autonomía estratégica, pero dentro de la OTAN, con la que se va a seguir complementando. Ante la amenaza rusa, Suecia y Finlandia reafirman su derecho a entrar en la Alianza Atlántica, pese a las amenazas vertidas desde Rusia si entran en la organización.

Putin ha dado una lección de realidad a la Unión Europea con una guerra que parecía impensable en pleno siglo XXI. El presidente ruso ha consumado el retorno de la geopolítica, pero está vez se ha encontrado a una Europa unida y dispuesta junto a su aliado transatlántico a defender los principios y valores del orden internacional liberal.

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