Romper puentes

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Parlamento catalán
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Parlamento catalán
David Zorrakino / Europa Press

Las peripecias de la candidatura española para los Juegos de Invierno de 2030 reflejan el estado de ensimismamiento y soberbia del independentismo catalán. 

Como si la cordillera pirenaica fuera suya, el presidente de la Generalitat insiste en liderar el proyecto con Aragón como fuerza auxiliar. Una actitud que provocó, hace unos días, la suspensión, por parte del presidente aragonés, Javier Lambán, del encuentro programado con Pere Aragonès. El presidente catalán no cede, pese a que el responsable del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, y el dirigente del PSC, Salvador Illa, mantienen que la candidatura tiene que ser conjunta y en pie de igualdad. Ayer, un despacho de la agencia Efe, fechado en Pekín, informó de la reunión mantenida en la capital china entre los presidentes de los comités olímpicos de España y de Bosnia. La noticia detallaba que «el proyecto Pirineos-Barcelona 2030 estudia desde hace unos años la posibilidad de incluir a Sarajevo como socio para la candidatura, y ya se han celebrado varios contactos en ese sentido». En los años noventa, Barcelona consideró a Sarajevo como su ‘undécimo distrito’, dada la ayuda que brindó a los habitantes de la ciudad. El regimiento de Pontoneros de Zaragoza reconstruyó los puentes rotos en la zona de Mostar, en una misión heróica en la que algunos se dejaron la vida.

Pensar en una candidatura de confrontación es certificar su muerte. La política de tierra quemada de los líderes del independentismo, su empeño en romper puentes no tienen sentido.

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