Hacia la enésima desescalada

Pinchadiscos con mascarilla en el interior de un pub.
Hacia la enésima desescalada
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Se ha dicho que Dinamarca es el primer país que da por terminada la pandemia. 

Pero eso, me parece a mí, es hacerle una injusticia a Pedro Sánchez, que ya en junio de 2020 –bien adelantado– proclamó la victoria sobre la enfermedad y hasta nos aseguró que salíamos de ella más fuertes. Si el virus no se dio entonces por enterado no es culpa de nuestro presidente. A ver si ahora los daneses convencen al bicho.

Es verdad, en todo caso, que Dinamarca levanta todas las restricciones sociales implantadas y reimplantadas para frenar la covid, y que en ese país ni siquiera será ya necesario llevar mascarilla en interiores. Nosotros, de momento, estamos a punto de librarnos de usarla en las calles, donde el noventa por ciento del tiempo no es más que una molestia innecesaria. Van a retirarse también, o a relajarse, las limitaciones de horarios y de aforos; así como el requisito del pasaporte covid, otro engorro casi siempre inútil. Y las autoridades españolas y aragonesas preparan ya, para dentro de algunas semanas, una nueva estrategia, empezando al parecer por un cambio de etiqueta, de manera que lo que hasta ahora era ‘pandemia’ pasará a llamarse ‘endemia’.

Pero lo que puede ser preocupante es el cambio en la manera de informar a la opinión pública de cómo evoluciona la enfermedad. Nos dicen que ya no se darán datos a diario, y eso puede ser delicado. Más vale no jugar con la información, que ya ha sido bastante confusa en muchos momentos, no sea que el ciudadano piense que se le quiere ocultar la realidad.

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