Una decisión política

Dice José Luis Jiménez, el científico zaragozano que descubrió la transmisión de la covid por los aerosoles, que el que hoy regresen los niños a las aulas es «una decisión política».

 Y tiene razón, aunque eso no significa que sea una decisión equivocada. Es política, porque los políticos que la han tomado suponemos que no solo habrán tenido en cuenta las circunstancias sanitarias -aunque también, naturalmente-, sino otros aspectos del problema, como las necesidades educativas de los niños o los problemas de conciliación de la vida familiar. 

Más en general, las autoridades han decidido que esta fase de la pandemia la pasemos sin alterar demasiado la vida cotidiana, con solo algunas restricciones moderadas. Y, con algunas diferencias y ciertas idas y venidas, es más o menos lo mismo que están haciendo las autoridades de la mayoría de los países ‘de nuestro entorno’, desde Estados Unidos a Francia pasando por el feudo de Boris Johnson. Esto también es, claro está, una decisión política. Si aciertan o se equivocan lo veremos muy pronto.

 Lo que ya sabemos es que durante el curso pasado y lo que llevamos de este los colegios no han sido un gran problema sanitario. Veremos lo que pasa ahora, porque las circunstancias son otras. Pero hay que reconocer el esfuerzo que están realizando en los centros educativos tanto los niños como los profesores. Y, de manera especial, el trabajo de los equipos directivos, que debe de ser ímprobo, para organizarlo todo, cumpliendo unas normas cambiantes y muchas veces confusas, y que todo funcione. Habrá que darles ánimos.