Por
  • Vicente Pinilla

Éxitos

Una reforma laboral pactada es un éxito para todos.
Una reforma laboral pactada es un éxito para todos.
Eduardo Parra / Europa Press

España es el paraíso de la fracasomanía. 

Nadie nos puede acusar de arrogantes o chauvinistas. Aquí destacamos nuestros fallos y nos autoflagelamos por ellos. Es obvio que cometemos muchos errores y podemos hacer las cosas bastante mejor. El perfeccionismo y el afán de mejora son básicos para el progreso de cualquier sociedad. Pero tener confianza en las posibilidades propias y celebrar razonablemente los éxitos nos fortalece. Hemos construido un Estado cuasifederal que, a pesar de las tensiones recentralizadoras y secesionistas, funciona. Tenemos una sanidad pública que ha sido sometida a una prueba de estrés aterradora y que ha resistido con un esfuerzo ímprobo de nuestros sanitarios. Nuestras universidades públicas, a pesar de su mala financiación, no dejan de progresar en la investigación a escala internacional. Nuestro sistema educativo fue capaz de reaccionar en el arranque de la pandemia y en breves días improvisar una enseñanza ‘on line’ que mantuvo en pie sus funciones esenciales. Para terminar, los líderes sindicales y empresariales y el Gobierno han alcanzando un acuerdo inédito: una reforma laboral pactada que no satisface plenamente a nadie, pero que es tan valiosa que todos la defienden como si fuera la suya propia. Se ha alcanzado un acuerdo entre organizaciones que defienden los intereses legítimos y contrapuestos de trabajadores y empresarios. Cometen un error los que en vez de celebrar el pacto como un logro colectivo, prefieren tumbarlo por sus mezquinos intereses cortoplacistas. Un éxito de este calibre es de todos.

Vicente Pinilla es catedrático de Historia Económica (Unizar)

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