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Cartas al director de HERALDO: Costumbres poco recomendables

El hombre de 54 años ha sido atropellado en un paso de peatones regulado por semáforo en el casco urbano de Madrid.
Costumbres poco recomendables.
Pixabay

Costumbres poco recomendables

Desde hace ya tiempo vengo observando las malas prácticas que tenemos muchos de los habitantes de Zaragoza, y señalo dos. 

Se está generalizando, en especial por parte de las personas mayores, que cuando los semáforos están en rojo para los peatones se ponen a avanzar en los pasos de cebra, adelantándose sobre las rayas blancas, invadiendo el carril bici, hasta casi el límite del carril de circulación de los vehículos, con el riesgo de ser atropellados por bicicletas y patines, y por coche y autobuses. Y esta costumbre la hacen con el fin de ganar tiempo a la hora de cruzar, cosa que no consiguen, ya que mientras están mirando a ver si vienen vehículos no se fijan en que el semáforo ya ha cambiando a verde, con lo que el tiempo que pensaban ganar desaparece. Por ello me atrevo a pedirles que todos respetemos las señales y los espacios que nos corresponden como peatones, para garantizar la seguridad de todos, personas y vehículos. Otro mal hábito que se ha hecho normal es que en todos los parques se ven a cualquier hora del día perros sueltos de todos los tamaños y razas, sin estar sujetos a sus dueños por medio de una correa, y esto provoca que algunos de los animales asustan a los niños cuando se les acercan y ladran, lo que provoca el llanto en los más pequeños. Esta misma mañana el parque de Miraflores estaba al mediodía lleno de perros sueltos y solo unos pocos con correa. Una curiosidad, señalar que el espacio vallado y reservado para soltar los perros estaba totalmente vacío. Y yo me pregunto, ¿para qué sirven estos espacios si no se usan? Por el bien de todos y por respeto a las normas establecidas, les pediría a los dueños de los perros que las respeten, y vayan con sus animales sujetos, y así mejoraríamos la convivencia entre todos.

Carlos Melús Abós. Zaragoza

Sistema inadecuado

Recientemente, he acudido al Hospital Clínico por distintos motivos y considero que, tal cual están los casos por covid, el sistema que se tiene en los hospitales no es el correcto. Cuando tienes que acudir a urgencias, nada más llegar ya tienes fila para que te tomen datos. Posteriormente, tienes que esperar en una sala con personas de todas las edades, un sitio cerrado, sin ventilación, y unos al lado de otros ya que no hay más sitio. Tienes que esperar unos 45 minutos, cuando se supone que vas allí para que te atiendan rápido. Cuando tienes que ir a consultas externas, tienes que esperar una inmensa fila y estar todos mezclados, ya sea para un análisis o una PCR, sin poder respetar las medidas y al lado de gente sin la mascarilla bien puesta. Y encima tenemos que dar las gracias al sector sanitario, siendo que hay más medidas de seguridad para entrar a una discoteca que a un hospital. ¿En serio se cree el Gobierno que lo está haciendo bien? ¿Cómo es posible ir al médico y encontrarte con esto, aun sabiendo que igual el sanitario que te está atendiendo no está ni vacunado? Mientras no actuemos como sociedad y sigamos pensando por nuestro propio beneficio no podremos superar esto.

Lydia de la Fuente García. Zaragoza

El gran paisaje

Quizás sean nuestras queridas jotas acompañadas por las hermosas voces quienes más han ensalzado Zaragoza y sus paisajes. Quizás también esté dicho ya por ellas lo que deseo reflejar. Sin embargo, por mi observación, aunque tarde en el tiempo (he nacido en Zaragoza y bautizada en el Pilar como mis dos hermanas, mi hija y mi nieta), quiero expresar la maravilla de la ciudad, su mejor paisaje visto a cierta altura desde la margen izquierda del Ebro y ofrecido en su amplitud. Tantos años ignorándolo a pesar de haber pasado ante mi vista innumerables fotografías, postales etc., mostrándonos por separado lo mejor, nuestro Pilar, abrazado por los puentes cuyas aguas cantan a la Virgen. Creo que este paisaje, el mejor paisaje de Zaragoza, no lo hemos mostrado todavía al mundo, ya que tantos visitantes de otros países se marchan sin conocerlo y, lo que es peor, los zaragozanos, los aragoneses, los españoles. Quiero pensar que exista una razón, pero desde mi total desconocimiento urbanístico, creo que, en su momento, habría una solución. Aunque ahora, tal vez sea tarde.

Mary Carmen Alejaldre Cabeza. Zaragoza

La huelga invisible

Los trabajadores del transporte sanitario en Aragón llevamos casi nueve meses de huelga por nuestros derechos laborales y para reclamar mejoras en el servicio para los ciudadanos. Pero nos sentimos agotados, ninguneados, despreciados. Somos invisibles para nuestra empresa (Acciona, que nos ignora y no quiere negociar un nuevo convenio) y para el Salud (que no nos considera trabajadores sanitarios y se lava las manos en el conflicto). Nos han impuesto unos servicios mínimos del cien por cien y nuestra huelga es también invisible para la sociedad. Seguimos trabajando cada día, trasladando a los pacientes a sus citas médicas o realizando servicios de urgencias, mientras gritamos –aunque no nos escuchen– los motivos de nuestra huelga. Llevamos tres años con el convenio caducado y la empresa no quiere negociar uno nuevo. Reclamamos un convenio digno para los cerca de mil trabajadores del transporte sanitario urgente y programado: conductores y camilleros. Faltan personal y medios para desarrollar correctamente el servicio. Pedimos que se nos considere personal sanitario, como en otras comunidades autónomas. ¡Qué lejos quedan ya los aplausos a los sanitarios durante los inicios de la pandemia! En algún momento sentimos que también aplaudían nuestro trabajo y nuestra dedicación. Ahora sentimos que nadie nos escucha ni nos tiene en cuenta. Mientras, seguimos en primera línea frente a la covid.

José Luis Martínez Álvarez, portavoz de CSIF en el transporte sanitario en Aragón y en representación del comité de huelga Zaragoza

Comercio de cercanía

Recibí la triste noticia del fallecimiento de Antonio. Antonio, además de ser un gran profesional de la carnicería, era ante todo un buen amigo para todo el mundo. Atento, servicial, amable y siempre muy educado. Se sabía el nombre de todos sus clientes (que eran muchos) y para cada uno siempre tenía unas palabras de afecto. Antonio regentaba un puesto en un mercado de barrio, y nos daba ese trato personalizado que solo puede dar el comercio de cercanía, atención, consejo, conocedor de tus gustos y preferencias, en eso Antonio era un gran maestro. Te has ido demasiado pronto, ese corazón tan grande te ha fallado. Te vamos a echar mucho de menos, pero siempre nos quedará el recuerdo de esos pequeños momentos y el privilegio de haberlos compartido. Adiós, amigo.

Francisco Valera Muñoz. Zaragoza

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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