Subdirectora de Desarrollo Digital

La paradoja del personal sanitario

Vacunación entre sanitarios en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.
La paradoja del personal sanitario.
Francisco Jiménez

La pandemia está resultando trágica en el peor de los casos, e incómoda e incomprensible en otros. 

Pero lo peor es cuando resulta incoherente. Ya ocurrió con medidas como que los convivientes no podían viajar juntos en un mismo vehículo o tenían que caminar separados cuando salían a la calle. Pero, bueno, también desinfectamos calles y estaciones como posesos y luego se ha visto que estas medidas hacían más bien poco. Nadie llegó a esto aprendido.

El Gobierno de Aragón anunció ayer nuevas disposiciones, todas centradas en el pasaporte covid. Básicamente, hará falta para tener una mínima vida social.

Y entre los nuevos ámbitos en los que se va a exigir figura también el sanitario. Si usted va a visitar a un familiar al hospital tendrá que mostrar un certificado que acredite que está vacunado, ha pasado la enfermedad o tiene un test negativo. Es curioso que esta misma exigencia no rija para el personal sanitario, cuando la propia consejera de Sanidad ha reconocido que el 9,1% de este colectivo no se ha vacunado. Este mandato sí que se impone para quienes trabajan en residencias de ancianos y están en contacto con los pacientes.

La exigencia del pasaporte covid es discriminatoria de por sí y en esa discriminación radica su fuerza para ‘convencer’ siempre que ‘paradójicamente’ sea igual para todos. La consejera de Sanidad argumentó que es una medida "complicada" de aplicar a los sanitarios. Sin duda. Pero es mucho más difícil entender que no se haga.

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