Hospitalizaciones y restricciones
La evolución epidemiológica de Aragón sigue al alza y todavía se desconoce cuándo se alcanzará el pico. De cualquier modo, el hecho de que el número de pacientes hospitalizados se haya triplicado en tan solo un mes (ha pasado de 61 a 222) es un indicador claro de que la situación vuelve a ser comprometida. Con los contagios aumentando también en el conjunto de España, el Ministerio de Sanidad ha establecido que los contactos estrechos de casos con la variante ómicron tendrán que guardar cuarentena. Son, de nuevo, momentos difíciles para todos y nadie quiere volver a revivir las situaciones más duras de la pandemia. Por eso, a las administraciones hay que pedirles, por una parte, anticipación sin precipitación y, por otra, firmeza con mucha pedagogía.
Aragón sigue registrando a diario un elevado número de contagios de covid (ayer notificó 653, la cifra más alta desde el 5 de agosto), lo que obliga a ampliar las labores de rastreo y a aumentar las pruebas PCR, incrementando así la presión en los centros de salud que se está trasladando a los hospitales. A pesar de ello, la Consejería de Sanidad no plantea adoptar de forma inmediata nuevas restricciones. Su horizonte más cercano pasa por ampliar la solicitud del pasaporte covid a otros espacios interiores o donde haya personas de riesgo. La adopción de esas restricciones no debe tardar si sigue subiendo de forma tan acelerada la curva de contagios.
Tras dieciocho meses de pandemia, hay que tener presentes los objetivos de salvaguardar la salud de los ciudadanos, no aumentar su cansancio y de proteger la economía. Para ello, los gobernantes deben manejar con prudencia la adopción de medidas. Sin una mezcla de persuasión, buena organización y empatía a la hora de adoptar y transmitir nuevas limitaciones será más difícil obtener la imprescindible colaboración de la sociedad.
