Por
  • Yolanda Gamarra

DEG

'DEG'
'DEG'
Pixabay

Los derechos especiales de giro (DEG) son una unidad de cuenta sintética del Fondo Monetario Internacional (FMI) definida en términos de cuatro divisas: dólar, euro, yen y libra esterlina, a la que en 2016 se incorporó el renminbi. 

Fue creada en 1969 por el FMI para apoyar el sistema de paridades fijas de Bretton Woods y proveer de liquidez a las economías de los Estados miembros. La razón de reflexionar sobre esta unidad se debe a que el presidente del Gobierno ha anunciado que destinaría el 20% de los DEG de España al fondo para Estados vulnerables del FMI. Los DEG son distribuidos por el FMI entre sus Estados miembros proporcionalmente a su cuota de participación. España participa con el 2%, de modo que le corresponden 13.000 millones de dólares de asignación. El 20% de ese montante asciende a 2.600 millones. Esta será la contribución española. ¿Es suficiente para resolver las miserias que asedian a la humanidad? Probablemente, no. Sin embargo, si todos los Estados aportaran el 20% de sus derechos, nos encontraríamos con 130.000 millones de dólares que no crearían inflación comparada con las expansiones monetarias en curso. Quizás liberar esos activos para los Estados vulnerables permitiría reducir las desigualdades de esta sociedad globalizada. Es una opción de difícil diseño teórico y ejecución práctica, pero de enorme interés para que los más vulnerables puedan acceder a unos fondos que les permitan financiar con eficiencia políticas sociales, educativas o medioambientales.

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