Por
  • Víctor Juan

Memoria democrática

'Memoria democrática'
'Memoria democrática'
Pixabay

Hemos de ser decentes, como nuestras abuelas querían que fuéramos, para mirar el pasado, el presente y el futuro con ojos limpios. 

Luego seremos de derechas, de izquierdas, de centro, de arriba o de abajo. Si somos decentes al interpretar lo sucedido durante la Guerra Civil y la dictadura, concluiremos que todas las víctimas murieron injustamente, que nadie merecía perder su país y que ningún país merece una dictadura. Nadie había hecho nada que justificara su ejecución: ni por militar en un sindicato, ni por tener dinero, ni por ir a misa todos los días o no ir nunca, ni por tener títulos universitarios o ser analfabeto, ni por haberse significado o haber permanecido en el anonimato… Si fuéramos decentes entenderíamos que nada justifica los asesinatos y que las víctimas eran como nosotros. Exactamente igual que nosotros. Mirado de esta manera, todas las víctimas dejaron los mismos huérfanos, las mismas viudas, los mismos padres sin hijos y los mismos amigos con el mismo doloroso vacío en el corazón. Solo así conseguiremos que la memoria sea un terreno fértil sobre el que edificar la paz. Todas las víctimas son iguales, pero no han tenido la misma posibilidad de ser recordadas y honradas. Para algunas víctimas y para sus familias aún vivimos en el tiempo de la victoria. Mientras no recuperemos sus nombres y los saquemos de las cunetas en las que llevan sepultados ochenta años, no superaremos el tiempo de la victoria para inaugurar el necesario tiempo de la paz. Y ya es hora.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión